• La desigualdad se suma a la discriminación e inseguridad jurídica que sufren los damnificados, a quienes no se les ha informado de nada ni por parte de Diego José Mateos, ni por los responsables del Ministerio de Transición Ecológica.
• Los populares animan a los afectados de las zonas que han cambiado de denominación que soliciten sus licencias urbanísticas cuanto antes, y reclama al ayuntamiento que las conceda con la misma celeridad que tuvo para denegarlas.
• Mateos tiene que explicar cuáles son los criterios técnicos aplicados y por qué permanece callado ante el maltrato con el que su partido está castigando a los lorquinos.
El concejal de Desarrollo Rural en el ayuntamiento de Lorca por el Partido Popular, Ángel Meca, ha animado a todos los vecinos afectados por la imposición de las zonas de flujo preferente cuyas propiedades han quedado ahora fuera del área restringida, especialmente a los de las pedanías de Campillo y Torrecilla, a que soliciten cuanto antes sus respectivas licencias. Reclamamos que el ayuntamiento conceda estas licencias con la misma rapidez y diligencia que tuvo hace unos meses para retirarlas y denegarlas. Es lo mínimo que los ciudadanos damnificados se merecen.
Queremos para Lorca el mismo trato que el gobierno del PSOE ha ofrecido a Murcia y Cartagena, donde se han suprimido más del 95% de las zonas de flujo preferente, aplicando los mismos criterios en todos los municipios. Tal y como se puede comprobar, en estas localidades se limitan a algunos cauces muy puntuales, a diferencia que, en Lorca, donde se han pintado sobre el mapa zonas de grandes dimensiones sin ofrecer ni un solo motivo técnico.
Exigimos igualdad para los lorquinos afectados ante el ejercicio de discriminación que hemos podido constatar que la CHS está aplicando en nuestro municipio. La inseguridad jurídica que se ha generado es inaudita en un estado de derecho. Quizá lo peor de este problema es el maltrato que sufren los afectados, a quienes ni se informó del establecimiento de las zonas de flujo preferente, ni ahora tampoco se les ha dicho nada de los cambios, y continúan sin conocer en base a qué criterios se está realizando todo este lío. La arbitrariedad es palpable.
El caso de las pedanías de Purias, Ramonete, Río y La Escucha es un ejemplo claro de la falta de rigor y el oscurantismo que el PSOE ha aplicado a este asunto. Hemos analizado pormenorizadamente los mapas de nuestro municipio y la conclusión sigue siendo la misma: esto es un caos inexplicable, carente de criterio y que tiene que ser retirado cuanto antes. La forma de actuar que se está teniendo es un cúmulo de despropósitos, más cerca de una expropiación dictatorial que de un procedimiento democrático.
Seguimos reclamando al actual alcalde que explique cuáles son los criterios que se han aplicado para clasificar estos terrenos como zonas de flujo preferente y posteriormente para mantener unas zonas y borrar otras. Es evidente que la razón principal ha sido liberar la afección que existía para el trazado del ferrocarril, pero habida cuenta que los responsables socialistas siguen sin informar a los ciudadanos de cuáles son los argumentos, insistimos en reclamar claridad y transparencia en todo este proceso.
A lo largo de los últimos días, desde el PP hemos mantenido contactos con los vecinos cuyos terrenos permanecen afectados por esta figura restrictiva, y nos han trasladado su indignación al comprobar que propiedades que se encuentran a cientos de metros de cualquier cauce o rambla, siguen siendo zona de flujo preferente, a pesar de que por estos sitios jamás se han registrado incidencias en episodios de fuertes precipitaciones.
En los próximos días vamos a mantener una reunión informativa con los vecinos afectados de Purias, Río, La Escucha y Ramonete para que conozcan de primera mano la repercusión de esta medida del gobierno socialista. Nuestra opinión es que cuanto antes se retiren estos mapas y las restricciones que conllevan, mejor para todos. En cualquier caso, el papel que está desarrollado tanto el actual alcalde como sus compañeros de partido en el Ministerio de Transición Ecológica, está siendo bochornoso.