Se elaboran documentos costosos y se programan actuaciones sobre el papel que luego no se ejecutan. El PIBAL (Plan Integral para los Barrios Altos de Lorca) cumple 18 años desde que se ideo allá por 2003 y muchas de sus previsiones siguen sin ejecutarse
La zona del "Calvario Viejo" en el barrio de San Cristóbal es un cúmulo de todos los problemas: mala accesibilidad, pésimo estado de aceras y vías, urbanización deficiente, edificaciones ruinosas, fachadas degradadas, servicios públicos mal prestados, cableado y tuberías de servicios esenciales al descubierto…
12.11.2021. El portavoz Municipal de IU-V, Pedro Sosa, va a instar al Gobierno local a la elaboración, programación y urgente ejecución de actuaciones destinadas a garantizar mínimamente el cumplimiento de elementales derechos humanos en el "cuarto mundo" que tenemos presente en Lorca. Un "cuarto mundo" que, abunda el concejal de IU-V, se extiende como una mancha cuando, como es el caso, los poderes públicos hacen dejación de sus funciones y miran para otro lado ante las zonas social, económica y urbanísticamente más degradadas de la ciudad.
Sosa ha afirmado que el PIBAL (Plan Integral para los Barrios Altos de Lorca) ya es "mayor de edad", ha cumplido 18 años desde que se ideo allá por 2003, y muchas de sus previsiones siguen sin ejecutarse. El portavoz de la formación de izquierdas ha recordado que fue IU quien elaboró aquella propuesta inicial de intervención en los barrios altos de Lorca, que después acabó convirtiéndose en el PIBAL, y que tuvo como desencadenante fundamental el dramático incendio en una vivienda del barrio de San Cristóbal, cuyas consecuencias (costó la vida de una familia entera de aquel barrio) se vieron agravadas por la mala situación urbanística, de accesibilidad y de servicios de sus calles.
Con abundante material fotográfico de la zona, Sosa ha explicado que el PIBAL no ha pasado del papel a la realidad en muchas de las zonas objeto de aquel Plan, y una de las que acumula más deterioros y más falta de atención es precisamente el conocido como "Calvario Viejo de San Cristóbal". Sabemos que se trató de un proyecto complicado por las dificultades derivadas del relieve abrupto de la zona, de la caótica configuración urbanística existente en esos barrios y de la complejidad social del entorno en el que se pretendió materializar, pero "mirar para otro lado" y no intervenir tiene como resultado evidente el aumento de las manchas de "cuarto mundo" en los barrios altos de la ciudad.
En tal sentido, el portavoz local de IU ha exigido tres cosas:
Repasar las previsiones del PIBAL para ejecutar todas las obras programadas y sin realizar que tenían por objeto mejorar la red de servicios y la accesibilidad urbana.
Elaborar, aprovechando además los estupendos muralistas que tenemos en Lorca, un plan de adecentamiento de fachadas en los barrios más vulnerables de la ciudad. Sosa afirma que este tipo de actuaciones son muy necesarias para la calidad del paisaje urbano de las ciudades, y también contribuyen a la implicación de los vecinos con sus entornos. Ese Plan debe contemplar la obligación de que IBERDROLA y Aguas de Lorca cumplan con sus obligaciones para el soterramiento de cables y tuberías. Además, el concejal de IU-V ha hablado del tratamiento cromático de las fachadas, muchas de ellas de cemento mal echado y simple ladrillo visto, y ha puesto como ejemplo una iniciativa de repercusión internacional que en los últimos días han proyectado los medios de comunicación y que se ha realizado en las barriadas más pobres de algunas capitales latinoamericanas.
Por último, Sosa ha vuelto a exigir al equipo de Diego José Mateos que se persiga la falta de civismo ciudadano y se apliquen las sanciones contempladas en las ordenanzas municipales a quienes ensucian deliberadamente su entorno. Para el portavoz de IU-V, el problema de suciedad de muchas calles y rincones de los barrios altos obedece a la inacción de las autoridades ante la falta de civismo de algunos vecinos, que además están perfectamente localizados. Los focos de insalubridad vienen provocados por unas pocas personas que además de degradar profundamente su entorno vital más inmediato y el de sus vecinos, arrojando basuras en el interior y alrededores de viviendas abandonadas, acuden después sin problema alguno a aprovechar la solidaridad del pueblo de Lorca siendo preceptores habituales de ayudas públicas a través de los servicios sociales del Ayuntamiento que, por lo que se ve, ha fallado estrepitosamente en la normalización social de estos sujetos.