Esta actuación, que supone la inversión de casi 700.000 euros, establecerá el currículo de obras del templo, datado entre los siglos XV-XVI. Se ha encontrado un acceso al atrio primitivo de la iglesia, además de pinturas, maderas, y niveles arqueológicos desconocidos.
La Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Lorca, Sandra Martínez, ha visitado esta mañana los trabajos de recuperación mejora de la iglesia de San José, junto a los responsables de la propia actuación, dependiente de la Diócesis de Cartagena. La Edil ha señalado que las obras se iniciaron hace aproximadamente mes y medio, contando con una inversión que ronda los 700.000 euros, financiados en gran parte por la CARM. Estamos hablando de un templo que registró numerosos daños por los terremotos del año 2011, que afectaron a su estructura y a los elementos ornamentales que alberga en su interior.
La Edil de Cultura ha mostrado la satisfacción del Ayuntamiento por los avances que se están produciendo en esta actuación, destacando su alegría por el inicio de las obras de una iglesia cuya feligresía hoy está de enhorabuena. Los trabajos se están desarrollando por parte de una empresa lorquina, y, hasta la fecha, se han centrado básicamente en el inicio de las pertinentes catas pictóricas y arqueológicas, que tratan de establecer un perfil histórico y evolutivo del inmueble en su conjunto, partiendo del origen de la iglesia, posiblemente entre los siglos XV y XVI.
Juan de Dios de la Hoz, responsable de la dirección facultativa de esta intervención, ha explicado que las labores para corregir los desperfectos provocados por los seísmos de 2011, han sacado a la luz algunas sorpresas que suponen un auténtico regalo para el edificio. Se trata de una circunstancia que se ha dado también en los numerosos elementos del patrimonio histórico lorquino que se han arreglado tras los terremotos de 2011. En el transcurso de estos trabajos hemos encontrado una cantidad de pintura, madera, y niveles arqueológicos con los que no contábamos. El objetivo que nos hemos marcado una vez constatados estos hallazgos, es el de ponerlos en valor dentro del edificio con la finalidad de incrementar su interés e historia. Hasta el momento la intervención se ha hecho sobre los paramentos de la edificación, mientras que la actuación arqueológica se iniciará la próxima semana.
Hasta la fecha los trabajos en el templo han permitido encontrar un acceso que comunicaba el auténtico atrio de la iglesia, orientado hacia el sur, con la nave central. También se han hallado ciertos elementos pictóricos que decoraban capiteles y volutas. Actualmente se trabaja para poder recuperarlos y dotar a la capilla más destacada su verdadero aspecto. La propia idiosincrasia del templo impide establecer en este momento cuáles han sido las sucesivas ampliaciones y reformas de que ha sido objeto, por lo que se está avanzando para definir este particular currículo. Lo que sí parece claro es que se fueron realizando, en la génesis del inmueble, obras en su interior durante un periodo de 100 años, que se interrumpió durante el siglo XIX. Posteriormente, en el siglo XX, registró otras obras, pero de muy peor calidad. El reto ahora es determinar qué merece la pena, por su valor histórico, conservar y potenciar.
A tal fin se van a llevar a término dos catas arqueológicas; una en zona del crucero, concretamente en los pies de una pilastra, dirigida a establecer los niveles arqueológicos y de solado (incluyendo la determinación de hipotéticos enterramientos y criptas), y otra cata en los que consideramos que pudo ser el acceso al atrio, donde esperamos encontrar el clásico suelo de canto rodado que se usó en aquel momento.
Cabe subrayar que la bóveda de la nave del templo está destrozada casi en su totalidad, y es irrecuperable por lo que se va a proceder a la retirada de sus elementos para que no caigan, procediendo a la construcción de una nueva bóveda. El estado de la bóveda del crucero parece, de acuerdo con lo visto hasta la fecha por parte de los técnicos, seguro. Los trabajos se prolongarán durante aproximadamente un año.
