La Consejería de Empleo y Formación y las Cámaras de Comercio de la Región de Murcia rubricaron hoy un convenio de colaboración por el que éstas dispondrán de 495.000 euros para desarrollar acciones formativas dirigidas a trabajadores en activo y desempleados.

El consejero de Empleo y Formación, Constantino Sotoca, presidió la firma del convenio que suscribieron los representantes de las Cámaras de Comercio de Murcia, Cartagena y Lorca, Pedro García-Balibrea, Mariano Rosique y Eusebio Abellán, respectivamente.

En concreto, de los 495.000 euros que concederá la Consejería 278.735 serán para la Cámara de Comercio de Murcia; 157.608 para la Cámara de Cartagena y 58.657 euros, para la de Lorca.

Sotoca subrayó que este acuerdo refuerza los objetivos de la Consejería de Empleo de adaptar la “extensa y completa” oferta formativa a las demandas del tejido empresarial murciano ya que las Cámaras de Comercio “conocen de primera mano las necesidades reales de las empresas de nuestra región y diseñar una programación formativa acorde con las exigencias del mercado regional”.

Asimismo, el consejero destacó el clima de colaboración que existe desde hace años con las Cámaras de Comercio a las que han destinado, desde el año 2002, más de 2,5 millones de euros para la formación de los trabajadores desempleados y ocupados. Tan sólo en el último año, las Cámaras de Murcia, Lorca y Cartagena han desarrollado más de 160 cursos en los que han participado un total de 2.300 alumnos.

En el perfil de los cursos subvencionados por la Consejería, siempre de carácter gratuito, predominan los de temáticas relacionadas con las nuevas tecnologías, la informática, los idiomas o las técnicas empresariales. Materias que, en palabras del consejero, “permiten ofrecer una primera vía de acceso al mercado laboral a trabajadores que, por circunstancias concretas, hayan estado alejados del mundo laboral”.

Sotoca resaltó el papel de las Cámaras de Comercio en la formación de los trabajadores de las empresas de la Región de Murcia “porque éstas son plenamente conscientes de que la formación se constituye como una de las piezas básicas del binomio competitividad-calidad, que pretende cualificar profesionalmente los recursos humanos en nuestra Comunidad Autónoma adecuándolos a las necesidades del sistema productivo”.