La alcaldesa del municipio, Leonor Hernández, subrayó la aportación del Festival para contribuir a "una asignatura pendiente", que es "que se conozca el potencial turístico de Librilla"
La Plaza de la Iglesia de San Bartolomé se impregnó del aroma del Territorio Sierra Espuña con las brumas de Iberchem, que permiten a los asistentes a cada concierto llevar esta experiencia olfativa a casa
La música tiene la capacidad de alterar los estados emocionales, trasladando del júbilo a la nostalgia, de la diversión a la reflexión. Conscientes de ese don que tienen las melodías para ofrecer un viaje sensorial, Anacronía volvió ayer al ECOS Festival Internacional de Música Antigua de Sierra Espuña recreando una velada de cámara que trasladó a los eventos musicales que vivió Londres en la década de 1760.
La inauguración de la séptima edición del Festival quiso subir al escenario a uno de los ensembles que nació en el seno de esta iniciativa, que recientemente se ha alzado con el Premio Ensemble Emergente 2023 de FestClásica (Asociación Española de Festivales de Música Clásica), demostrando la capacidad del Territorio Sierra Espuña de potenciar el talento joven a todo el mundo. Su programa 'El clásico continuo: la sociedad Bach- Abel' envolvió de emociones a los asistentes que se congregaron en la Plaza de la Iglesia de San Bartolomé de Librilla.
"Nos interesa un ambiente tranquilo y lúdico, compartido por músicos y público", indicaba David Gutiérrez, traverso barroco de Anacronía, durante el concierto, antes de hacer referencia al cuarteto para flauta de Johann Christian Bach que interpretó junto a Pablo Albarracín (violín barroco), Luis Manuel Vicente (viola barroca), Marc de la Linde (viola da gamba) y Marina López (clave). Así, los asistentes sintieron cómo su música era capaz de provocar distintos estados de ánimo, con partes más tensas y otras más alegres y distendidas que ofrecieron un espectáculo capaz de conectar dos sociedades dispares y alejadas en el tiempo, como son Londres en el siglo XVIII y Librilla en el XXI.
J.C. Bach y K.F Abel fueron los compositores que abrieron el concierto, ya que sus veladas "hacían disfrutar de un ambiente distendido y divertido que sabemos que tanto gusta al público hoy en día", adelantaba antes del concierto Marina López. Tras estos dos referentes, dieron paso a un trío para dos violines y bajo de Juan Oliver Astorga, flautista yeclano que "recogió lo mejor de cada estilo que sonaba alrededor de Europa, haciendo que en aquella época su música se llenara de distintas sensibilidades y sonoridades que quedaron plasmadas en su obra", tal y como compartían los miembros de Anacronía para poner en contexto al público. Una pieza con notas humorísticas en las que transmitieron la comodidad que sienten sobre el escenario, del que se despidieron con un divertimento de Carl Philipp Emanuel Bach.
"Volver al ECOS es volver a casa, porque llevamos muchos meses tocando fuera de la Región de Murcia, creando así un punto de encuentro entre familiares y amigos en un entorno rural maravilloso, y formando parte de este gran proyecto que es el festival ECOS de Sierra Espuña", indicaba Marina.
El ensemble culmina su participación en esta edición con un concierto familiar que ha tenido lugar esta mañana en el mismo enclave dentro del ECOS Kids, acercando a los más pequeños a los instrumentos históricos del ensemble y a moralejas e historias cargadas de diversión a través de la música. No obstante, tanto Marina como Luis Miguel acompañarán mañana al Conjunto Barroco de la Universidad de Murcia en el segundo encuentro familiar de este primer fin de semana del ECOS, que será a las 10h en el Museo Arqueológico Los Baños de Alhama.
Belleza, aromas y sabor
Librilla no solo fue epicentro de música antigua en la noche de ayer, sino también de una simbiosis perfecta entre turismo, cultura y gastronomía, ya que los asistentes pudieron degustar un vino de Juan Gil y un aperitivo que conectó con la tradición culinaria de la zona.
"Es un honor acoger la primera actuación del ECOS Festival", indicó la alcaldesa de Librilla, Leonor Hernández, quien subrayó la aportación del Festival para contribuir a "una asignatura pendiente": Que se conozca el potencial turístico de Librilla. "Gracias a la unión de pueblos del Territorio Sierra Espuña se tiene la suficiente fuerza para salir adelante, enriquecernos y patrocinar nuestros municipios y su potencial turístico, además de acoger este tipo de actos culturales que tanta falta hacen, porque la cultura es el alimento del espíritu", añadió. Tras el concierto se pudo visitar la Iglesia de San Bartolomé, conectando el Festival con el patrimonio del municipio.
El concierto también alcanzó una "dimensión olfativa", ya que se obsequió a los asistentes con las brumas textiles 'Ecos de Sierra Espuña', con las que Iberchem potencia ese valor del Festival de "ser único", tal y como indicó su director de sostenibilidad, Guillaume Audy. Así, el ambiente desprendía olor a pino, romero y azahar, entre otros matices, "llenando de acordes tanto oídos como olfatos de los asistentes en una experiencia inmersiva total", tal y como puntualizó el director del Festival, Jorge Losana.
También acudió a la inauguración el delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Jiménez; la diputada Isabel María Sánchez Ruiz; la vicerrectora de Ciencias de la Salud y Servicios a la Comunidad Universitaria de la UMU, Paloma Sobrado, junto a otros representantes de esta institución; así como concejales de la corporación municipal de Librilla y otros municipios de la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña y empresas patrocinadoras del evento.
La música antigua desplaza su epicentro a Alhama de Murcia con Cantoría, con un pase doble a las 21 y 23 horas esta noche en el Museo Arqueológico Los Baños.