Gatos callejeros dentro del bienestar animal

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Gatos callejeros dentro del bienestar animal

Los gatos callejeros de las Torres de Cotillas representan un problema creciente que el Ayuntamiento está ignorando por completo. A pesar de la gran cantidad de felinos abandonados en las calles, la administración local no ha implementado ninguna medida efectiva para controlar la población ni garantizar su bienestar. Hay infinidad de gatos en las calles porque la gente no tiene la responsabilidad de castrar y esterilizar, esto es una realidad que la administración debe contemplar.

La nula inversión en programas de gestión felina es más que evidente. El método CER (captura, esterilización y retorno), una práctica común y exitosa en muchas ciudades, no está en marcha en las Torres de Cotillas. Esto está llevando a la proliferación descontrolada de gatos, con las consecuencias sanitarias y sociales que ello conlleva. Es fundamental recordarle al consistorio que el bienestar animal es responsabilidad de las autoridades locales, el abandono de animales es un delito, y los ayuntamientos tienen la obligación de tomar medidas para prevenirlo y atender a los animales que ya se encuentran en situación de calle.

Por ello los ciudadanos deben exigir a sus representantes que cumplan con su deber y pongan en marcha de manera urgente el programa de gestión felina nombrado anteriormente. El consistorio tiene que entender que la gestión de estas colonias felinas no es solo una cuestión de bienestar animal, sino también un asunto de salud pública y convivencia ciudadana. Al invertir en programas de gestión felina y reconocer la labor de las asociaciones y voluntarios, se está contribuyendo a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y de estos felinos.

La creación de una ordenanza específica municipal que proteja a las colonias felinas y reconozca la labor de los voluntarios es un paso fundamental para garantizar el bienestar de estos animales y mejorar la convivencia en la comunidad. Elementos clave que debería incluir esta norma:

Definición clara que se entienda por colonia felina y establecer su legalidad, reconocer y proteger la labor de los voluntarios que cuiden de estas colonias estableciendo mecanismos para garantizar su seguridad otorgándoles carnets a los voluntarios que los acrediten como cuidadores de colonias felinas y les permitan acceder a ciertos recursos que el consistorio deberá de ofrecer, explorar la posibilidad de ofrecer un seguro de responsabilidad civil a los voluntarios para protegerlos en casos de incidentes, ya que actualmente ocurren muchísimos, obligación municipal de construir refugios adecuados para estas colonias felinas, garantizando su protección y evitando conflictos con los vecinos, establecer sanciones económicas y administrativas para quienes maltraten, abandonen o perturben a los gatos de las colonias felinas, campañas de sensibilización concienciando a la ciudadanía sobre la importancia de respetar a los animales y la necesidad de protección de estas colonias. Concienciar en las escuelas desde bien pequeños de la importancia de la protección de los gatos.

Para poder financiar este proyecto se tendría que proponer la creación de una partida presupuestaria exclusiva para la gestión de estas colonias, que cubra gastos como alimentación, esterilización, tratamientos veterinarios y construcción de refugios. De hecho, a nivel estatal, el Ministerio de Derechos sociales y Agenda 2030 es el encargado de coordinar las políticas públicas en materia de protección animal. Anualmente se convocan subvenciones para entidades destinando fondos a actividades como el cuidado de gatos callejeros, esterilización, vacunación, alimentación y gestión de colonias, atención a animales abandonados, rescate, rehabilitación y búsqueda de adopción. Estamos seguros de que este municipio no ha solicitado esta subvención y ahí es donde demuestra esta Administración que la ley de bienestar animal le da igual, obviando y dejando a un lado la responsabilidad que tiene la misma sobre los gatos de la calle. Además, las comunidades autónomas suelen contar con sus propios programas y convocatorias de ayudas para proyectos de bienestar animal.

Es fundamental que la figura del veterinario municipal garantice el bienestar animal en cualquier comunidad que lo necesite, esto permitiría una evaluación más precisa de las necesidades de estos animales y la implementación de medidas de control, realizar jornadas de vacunación no solo en sus dependencias sino fuera de ellas, de esta forma se daría una sensación más cercana al ciudadano.

Algunas ideas adicionales como organizar reuniones informativas para escuchar las inquietudes ciudadanas y presentar ideas, implementar por parte del consistorio a través de la figura del veterinario programas de adopción con su correspondiente documentación. No se puede dejar un programa como este en manos de los voluntarios que se dejan la piel y su dinero, mientras una Administración no hace nada para controlar la población felina.

José Antonio Carbonell Buzzian

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