Lo que no pueden doblegar estos días de coronavirus es el ánimo, el sentimiento cofrade que desde generaciones albergan los corazones de millares de torreños. Es un valor que desafía trances como el que vivimos, una fuerza interior de devoción que en sí es valentía, reto y plegaria por un mañana libre de amenazas.
Con esa decisión la Semana Santa está ahí, presente en los balcones de nuestro municipio luciendo al viento esos estandartes que constituyen el mejor DNI de todo cofrade de pro, la señal entrañable de que en ese hogar de calidez que luce pendón, en esa casa que es escenario en estas jornadas de forzoso confinamiento vive una familia que pertenece al ámbito de la Semana Santa local.
Y, al igual que eso es símbolo de pertenencia a algo grande, a una cofradía llena de convivencia y creencia en lo común, una gran familia, también es una marca de calidad humana, artística y religiosa esa Exposición de Dioramas de la Pasión de Cristo que se halla instalada en la sede del Cabildo Superior de Cofradías, en el número 11 de la Plaza Mayor.
Una joya realizada con primoroso detallismo y preciosidad desbordante a lo largo de cuatro años merced al trabajo en equipo de un conjunto de cofrades que han dejado para deleite de vecinos y visitantes esa estampa a escala de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor como testimonio al mundo entero de algo único, extraordinario y permanente en el contexto de la Región de Murcia.
Un tesoro de gran relevancia cultural en nuestra tierra listo para visitar y apreciar y que en este vídeo realizado por el Presidente de Honor del Cabildo Superior de Cofradías, José Sánchez Vidal, mostramos al universo de la Red de redes como ventana, como escaparate para que pasen y vean, un patrimonio de belleza hecho con la ilusión de hombres y mujeres que creen en lo más hermoso que un alma puede destilar, la fe, y son capaces de pregonarla a los cuatro vientos.
