En la Región de Murcia comenzó a propagarse la moda del Belén navideño en el siglo XVII cuando las religiosas agustinas de la Ciudad del Segura montaron un inmenso conjunto de figuras de 27 metros cuadrados, hoy desaparecido. Un grandioso dechado de arte y devoción que tendría su continuidad un siglo después en el Nacimiento que elaboró el escultor Francisco Salzillo y que marcaría el estilo tradicional murciano y barroco de los Belenes.
Y si nos atenemos a esa monumentalidad de los Belenes de esta tierra no le va a la zaga la que podemos contemplar en Las Torres de Cotillas desde que surgiera hace casi ocho décadas un montaje extraordinario fruto de un arduo trabajo combinado con similar ilusión y fe en lo bien hecho y divino, un Nacimiento con solera, historia y dedicación por contar y apreciar en sí mismo. Se trata del Belén de la familia Egea Almaida, referente de una religiosidad proclamada a los cuatro vientos y en sí un prodigio de detallismo, de preciosidad minuciosa, sin precedentes, cuidando hasta lo más mínimo en cuanto a iluminación, construcciones, figuras,.., distribución de todos los elementos que, en varias alturas, hacen de este combinado de belleza un referente de esas muchas tradiciones que atesora la localidad torreña y que año a año recibe la visita en el número 4 de la pintoresca Calle de la Cruz (en el patio del negocio familiar de ferretería) de infinidad de vecinos y foráneos como reclamo, escaparate de esas maravillas que, de la mano del hombre, ponen rostro y amor a lo que simboliza toda renovada Navidad: felicidad, santidad, salud, mensaje del Dios que nace.
Y este simbolismo prosigue en el municipio torreño con otra joya de Nacimiento que, también a lo grande en calidad y contenido, monumental, en una palabra, expone en su sede social de la Calle Príncipe, número 26, una Peña que, desde hace cerca de cuarenta años, lleva nuestro folklore y costumbres ancestrales por toda España y fuera de ella, "L´Almazara", un conjunto de hombres y mujeres reunidos para hacer marca de calidad de su pueblo donde quiera que estén y vayan.
Y lo peculiar es exquisitez en nuestro municipio por motivos más que sobrados y en lo tocante a estas fechas toma cuerpo esa característica por el Belén de estilo también huertano de miles y miles de pinzas de madera –hasta 20.000 de ésas de tender la ropa en cualquier casa de vecino- que, haciendo historia en el contexto de la Región, montaban tanto en su domicilio de la Calle Campo, número 27 como a nivel público en la localidad torreña como en otras de nuestra tierra (Molina de Segura, Mula o Puerto Lumbreras) Francisco Romero padre e hijo, el primero a la sazón Artesano Honorífico 2007 de la Comunidad Autónoma por su destreza en las labores de esterería y cestería de esparto –en el recuerdo siempre el Tío Paco- y ambos maestros además en el arte de la música folk popular murciana
Y de la tradición pasaremos asimismo en esta Navidad 2019 a lo nuevo, a una iniciativa que empieza con garra, ilusión y espíritu de participación como es la que tiene como epicentro de actividad y dinamismo las que derrocha como es La Florida y que retrotraerá este barrio torreño dos milenios en el tiempo porque los vecinos de esta pedanía surgida al socaire de la desaparecida fábrica de conservas cuya marca selecta le diera nombre hace ahora mismo cien años serán figurantes este próximo sábado, 21 de diciembre, de un Belén Viviente que incluirán escenas representativas de antiguos oficios y usos del pasado. Una loable actividad de esfuerzo colectivo en equipo, de cuadro armónico de entrega de los habitantes de La Florida en lo que viene a ser un proyecto que se presume de gran calado, ambicioso, bello y con miras, con ánimo de perdurar, algo que empieza con firme pie para consolidarse a partir de ahora como una de las citas por excelencia de la Navidad torreña, de ese período donde vecinos, familiares y amigos se reúnen y felicitan en un deseo de paz, de esperanza, de materializar con fuerza esos sueños por los que se brindó en el primer pesebre de la Historia.
En suma, un Belén Viviente el de La Florida a la par que vivo interactivo, una ola benéfica de realidad visual, de corazón intenso, de concordia y convivencia de los vecinos de un barrio de prometedor horizonte de metas compartidas.
Con el corazón en la mano, con entrañable emoción, como anhelo sincero de bendiciones ricas y eternas, Feliz Navidad a todos desde un municipio se monta el Belén con la mejor de las intenciones, al aire libre y a la vista de todos.
Juan José Ruiz Moñino
