La "Campana de Auroros Virgen del Rosario" de Las Torres de Cotillas realizó el pasado domingo 10 de noviembre una visita al municipio de Jumilla con motivo de la celebración del "Día Europeo del Enoturismo". Para comenzar la jornada, los auroras torreños cantaron una emotiva misa en la Iglesia de San Juan Evangelista de la citada localidad del Noroeste murciano, donde interpretaron cuatro Salves y el Padrenuestro para regocijo de los asistentes no acostumbrados a este tipo de mezcla de campana y voces. Una celebración que fue antesala de dos visitas turísticas ineludibles en Jumilla: una guiada al Castillo, muy concurrido y donde aprendieron más de la historia de este monumento; y otra a una bodega del municipio, donde pudieron conocer los entresijos de la elaboración del vino jumillano.
Para concluir el viaje a la localidad, los torreños –acompañados de sus anfitriones de la Coral Canticorum local- disfrutaron de una alegre comida de convivencia en la que disfrutaron del mejor vino de la tierra jumillana y de las mejores canciones.
Recuperando la tradición
Cabe recordar que la "Campana de Auroros Virgen del Rosario" torreña no faltó a la tradición del Día de Todos los Santos y el pasado viernes 1 de noviembre recorrió el cementerio del municipio torreño cantando a los difuntos sus salves. Unos cantos acompañados con su campana -que según los estudiosos sería de mediados del siglo XVIII- con los que se recuerda a los que ya no están entre nosotros en un día muy señalado en el calendario de esta agrupación torreña.
Esta tradición se recuperó hace un par de años en Las Torres de Cotillas por esta agrupación –que ensaya en el edificio del antiguo Ayuntamiento torreño- después de su desaparición hace más de 50 años. Así, sus componentes están rescatando Salves del Rosario, de Difuntos, el Padrenuestro y otras composiciones populares que en su día, entre la oscuridad de la noche y la luz del nuevo día, entonaron los auroros del pueblo hasta mediados de la década de los 40 del pasado siglo para despertar a los vecinos y que acudieran a la misa primera, así como para cantar a los difuntos en su día.