La decisión consiste en la prohibición a los hosteleros de nuestro pueblo de instalar mesas y sillas, para la consumición de los espectadores de esta procesión extraordinaria.
Esta prohibición es nefasta en dos de sus dimensiones:
En primer lugar falsea la imagen de nuestra Semana Santa, que sabe conjugar con respeto los aspectos lúdicos y espirituales de un evento de este tipo. En Jumilla siempre se han podido ver las procesiones sentado en la mesa de un bar, por lo que no entendemos por qué hay que falsear esa imagen de nuestras vivencias, tan festiva y mediterránea, tan distinta de otras de otros lugares de España. Eso es falsear la realidad, a la hora de mostrar a nuestros visitantes cómo se vive en Jumilla nuestra hermosa Semana Santa.
En segundo lugar, esa arbitraria decisión, va en contra de los honrados intereses del gremio de bares y restaurantes, que pueden y DEBEN prestar un servicio digno tanto a nuestros visitantes como a los jumillanos que quieren disfrutar de este evento extraordinario. A las puertas del otoño en el que la asistencia a estas mesas de hostelería baja considerablemente, esta procesión constituye una oportunidad de trabajo que no se debe dejar pasar, y menos por una decisión tan injusta como improcedente y lamentable.
Por todo ello instamos al grupo de gobierno socialista a enmendar tal decisión, volviendo sobre sus pasos y permitiendo a los hosteleros que puedan instalar sus mesas y sillas y servir a los espectadores de este histórico momento de nuestra Semana Santa. No existen razones ni argumentos que permitan mantener tal decisión, sino es la de un caprichoso juicio.
Entendemos que no existen razones veraces para mantener esta prohibición y por ello queremos hacer públicas nuestro rechazo y denuncia de tan lamentable prohibición.