La Dirección del Centro Penitenciario Murcia II, ubicado en el municipio murciano de Campos del Río, ha cursado instrucciones a sus cuadros de mando para que los 2100 m2 de la parcela dedicada al cursillo anual de jardinería, haya sido acondicionada para mantenerla activa todo el año como actividad terapéutica cuyos beneficiarios son internos en la Unidad de Tratamiento Educativo (UTE), y Enfermería, agentes que presentan un determinado cuadro de adicción al consumo de sustancias nocivas para la salud, y patologías psíquicas destacables, para los cuales se juzga muy positivo este tipo de ocupación, sobradamente probada en otros centros penitenciarios con excelentes resultados, por estimular la autoestima, aprendizaje de un oficio, sentido de la responsabilidad, trabajo en equipo y lucha contra la exclusión social.
Las excelentes y modernas instalaciones de la penitenciaría, considerada una de las mejores dotadas de España, la implicación del funcionariado que, además de sus actividades diarias hacen un importante hueco en su tiempo para la consolidación de este proyecto, y la aportación del voluntariado de la Asociación Templarios de Jumilla (ATJ) y la Associació Cultural Jumillana (Barcelona , Poble sec), pone sobre el terreno de juego un ambicioso plan terapéutico con el objetivo de mejorar la calidad de vida y formación de los internos, proyecto en el que el catedrático de la Universidad de Murcia (UMU) de la Facultad de Botánica, José Mª Egea Fernández, como voluntario activo de la ATJ, considerado por la comunidad científica toda una autoridad en cultivos ecológicos, ya ha diseñado un plan de trabajo en el que la recuperación de cultivos autóctonos murcianos en peligro de extinción da sus primeros pasos en el invernadero del centro, semilleros donde la siembra de simientes autóctonas configura la primera fase del proyecto, al que seguirá la preparación del terreno para el cultivo de hiervas aromáticas, según informan fuentes templarias dignas de todo crédito.