“Las escenas de masacre que se produjeron en el campamento de Jabaliya, en la Franja de Gaza, tras los ataques del 31 de octubre y del 1 de noviembre son horribles y espantosas.
Aunque todavía no tenemos estimaciones del número de víctimas que el ataque ha causado entre los niños y niñas, las casas de los civiles han quedado arrasadas, cientos de personas han resultado heridas y muertas, y habría muchos niños y niñas entre las víctimas.
Estos dos ataques se producen tras 25 días de continuos bombardeos que han causado la muerte de más de 3.500 niños y niñas, sin incluir las muertes de ayer, y más de 6.800 han resultado heridos. Esto equivaldría a más de 400 niños muertos o heridos al día, durante 25 días seguidos. Esto no puede convertirse en la nueva normalidad.
Los campamentos de refugiados, los asentamientos para desplazados internos y los civiles que los habitan se encuentran protegidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH). Las partes en conflicto tienen la obligación de respetarlos y protegerlos de ataques.
Los ataques a esta escala en barrios residenciales densamente poblados pueden tener efectos indiscriminados y son completamente inaceptables. Los refugiados y los desplazados internos están protegidos por el DIH. Las partes en conflicto tienen la obligación de protegerlos de los ataques.
Los niños y niñas ya han soportado demasiado. Deben parar las matanzas y el cautiverio de niños. Los niños y niñas no son un objetivo.
UNICEF reitera su llamamiento urgente a todas las partes en conflicto para un alto el fuego humanitario inmediato, para garantizar la protección de todos los niños y niñas, y para un acceso humanitario seguro y sin obstáculos, con el objetivo de entregar ayuda vital a gran escala en toda la Franja de Gaza, de conformidad con el DIH.