“UNICEF muestra su profunda tristeza y conmoción por las múltiples informaciones de que hasta cien niños podrían estar entre quienes quedaron atrapados en la bodega de un barco que volcó y se hundió frente a las costas de Grecia ayer; es la mayor tragedia marítima de los últimos años en el Mediterráneo.

Podemos suponer que muchos de esos niños habrán perdido la vida, ya que hasta ahora los informes de supervivientes son limitados. Transmitimos nuestras más profundas condolencias a las familias de los niños y a todos los afectados por este hecho horrendo.

Se trata de niños y niñas migrantes y en búsqueda de asilo que han huido del conflicto, la violencia y la pobreza. Son niños y niñas que probablemente han soportado explotación y abuso en cada paso de su viaje. La mayoría de ellos habrán intentando hacer la peligrosa travesía solos, a manos de traficantes y contrabandistas.

UNICEF está preparado para responder a las necesidades inmediatas de los niños, niñas y mujeres que hayan podido sobrevivir al naufragio, en coordinación con sus aliados y con las autoridades nacionales.

Cualquier vida perdida es una tragedia. La muerte evitable de tantos niños en el mar Mediterráneo es una atrocidad que perseguirá a estas costas en los años venideros. Ya basta.

Bajo el derecho internacional y la Convención sobre los Derechos del Niño, los países están obligados a proteger los derechos y el interés superior de la infancia. UNICEF sigue pidiendo la provisión de rutas seguras y legales para la migración y el asilo en la Unión Europea, y operaciones de búsqueda y rescate coordinadas que contribuyan a prevenir muertes en el mar.

Los niños son niños y los países deberían trabajar juntos para garantizar que se protege la vida de todos ellos, independientemente de su estatus migratorio”.