La historia de Valeria y su bebé, mencionada en las declaraciones de James Elder, AQUÍ
"La escalada del conflicto implica que 500.000 niños se han visto obligados a huir de sus hogares en solo siete días. Esto no tiene precedentes, ni por su escala, ni por su velocidad. Y si la violencia y las bombas no se detienen, muchos, muchos más abandonarán su país en muy poco tiempo. Tememos que muera mucha más gente.
Además, debemos pensar en aquellos que no pueden escapar de los bombardeos que sacuden Ucrania. Decenas de miles de niños están en instituciones de cuidado infantil; muchos viven con discapacidades.
También tenemos a los niños que están enfermos. Niños heridos en hospitales en Kiev. Ayer estuve en un hospital infantil aquí en Leópolis y vi a bebés en la UCI y a niños con suero. Lograr escapar es mucho más complicado y peligroso para ellos. Solo por poner un ejemplo, y hay cientos, estuve con una madre primeriza, Valeria, y su bebé de dos meses, Emma. Habían sobrevivido a intensos ataques en Dnipro y luego condujeron durante diez horas hacia una relativa seguridad en Leópolis. Emma, ??de dos meses, había tosido sangre, por eso estaban en el hospital. Valeria, entre lágrimas, me dijo: 'mentalmente estoy bien. Físicamente no. Quiero que Emma tenga un futuro. Quiero saber que todavía tendrá a sus dos padres vivos'. Esto es lo que las madres de Ucrania se han visto obligadas a pedir.
A medida que los combates continúan, ayer miles de niños pasaron otra noche gélida y aterradora en búnkeres, con sus hogares sitiados. Millones más corren el riesgo de quedar atrapados en la violencia a medida que los combates se intensifican en los principales centros urbanos del país y en sus alrededores. Hay niños que han muerto, que han resultado heridos. Otros tantos corren grave riesgo de morir o quedar mutilados cuando se utilizan armas y munición en zonas pobladas. Cientos de viviendas han resultado dañadas o destruidas y también hay noticias de escuelas, guarderías y centros de salud que han sufrido graves daños. Los niños deben tener paz.
En medio de todo esto, vemos un asombroso desplazamiento de la población. Las necesidades humanitarias en todo el país se multiplican cada hora. Cientos de miles de personas carecen de agua potable segura debido a los daños en la infraestructura del sistema de agua y a muchos se les ha cortado el acceso a otros servicios esenciales como la atención médica. El país se está quedando sin suministros médicos básicos y se han tenido que detener los esfuerzos urgentes para frenar un brote de poliomielitis.
El primer convoy de camiones de UNICEF llegará a Ucrania mañana (sábado) por la mañana. En él viajarán suministros médicos de emergencia, kits de agua, saneamiento e higiene, así como medicamentos, kits de obstetricia y equipos quirúrgicos. Nuestro apoyo es amplio. Ya hemos suministrado cilindros de oxígeno a un hospital en Kiev y tenemos tiendas de campaña seguras ('puntos azules') en ubicaciones fronterizas con unidades de apoyo. No obstante, mientras continúe el conflicto, la demanda seguirá superando la capacidad de atenderla.
También me gustaría mencionar a los voluntarios ucranianos y a los de las comunidades locales y, por supuesto, a los de Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Hungría, Moldavia, que han sido incansables en su apoyo, fortaleza y solidaridad. He visto abuelas entregando comidas calientes en la nieve; extraños que ofrecen a las personas desplazadas una cama para pasar la noche; niños horneando galletas para los que esperan el autobús; personas ofreciéndose para comprar medicamentos a quienes están enfermos y esperando en una estación de tren. En todas partes, constantemente, ves cómo derrochan un gran corazón¨.