En el marco de la VI Cumbre de la Unión Europea y la Unión Africana que se celebra los días 17 y 18 de febrero en Bruselas, Acción contra el Hambre lanza un informe sobre la situación dramática que se está viviendo en Sahel, y alerta de la necesidad de una respuesta humanitaria urgente en la región africana.
El informe Sahel: evitar otra histórica crisis alimentaria revela que la región enfrenta las peores cifras de la última década: 35 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria y desnutrición en el próximo periodo de entre cosechas, la temporada anual de escasez entre junio y agosto.
Estas cifras triplican las estimaciones de hace sólo cuatro años para Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger, y se ven agravadas por el aumento de la violencia, el impacto de la COVID-19 y las consecuencias del cambio climático.
Alrededor de 35 millones de personas en Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger, países que integran la región africana de Sahel, sufrirán crisis aguda de alimentos y medios de subsistencia, es decir, que no tendrán prácticamente nada para comer, y sufrirán inseguridad alimentaria y desnutrición, en el próximo periodo de entre cosechas, la temporada anual de escasez, entre junio y agosto.
Esta es la principal conclusión que se desprende del informe Sahel: evitar otra histórica crisis alimentaria que acaba de publicar Acción contra el Hambre. Este informe está basado en evidencias directas recabadas por la propia organización en el terreno, y concluye que sólo una respuesta de acción humanitaria, adicional a la que ya se tenía prevista, podría evitar la mayor crisis alimentaria de la última década en la región africana del Sahel.
“Desde el pasado mes de noviembre, nuestros sistemas de alerta temprana , a través de evidencias como la degradación de los pastos, la mortalidad del ganado, la subida de ciertos alimentos básicos o el incremento de niños desnutridos en centros sanitarios, nos venían avisando de que algo iba muy mal”, señala Manuel Sánchez Montero, director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre.
"Empezamos a constatar que se avecinaba una inminente crisis alimentaria, que ya está amenazando a cerca de 27 millones de personas en el Sahel y, que, si no hacemos nada, podría llegar a 35 millones de personas. Esta crisis es la tercera crisis consecutiva que se da en esta región y que, en años anteriores, ha afectado a 21 y, el anterior, a 15 millones de personas. La progresión es geométrica y pone en tela de juicio, no solamente la seguridad alimentaria, sino la estabilidad de toda esta región”, concluye el director de incidencia de Acción contra el Hambre.
Persistencia de conflictos, COVID-19 y cambio climático
Según este informe, los tres factores determinantes para esta situación crítica en el Sahel son, por un lado, la persistencia de conflictos en la zona, que ha desplazado a más de 9 millones de personas y ha destruido medios de vida o distorsionado sistemas económicos locales; en segundo lugar, las consecuencias de las medidas restrictivas de movimientos ante la COVID19, que han impedido que cientos de miles de ganaderos puedan trashumar con su ganado en busca de agua y pastos y poder llegar a sus zonas de mercados; y, por último, el impacto, un año más, de la crisis climática en forma de sequías, degradación de la biomasa o inundaciones.
“Enfrentamos una crisis que necesita de una respuesta rápida y concertada por parte de los países afectados y la comunidad internacional. Hay que actuar, no solo pensando en atajar la crisis hoy, sino en intentar poner las bases para que no se perpetúe en los próximos años. Pero este año si no actuamos decidida y ágilmente, el hambre impactará con la misma rabia que en las peores crisis del año 2012 o del año 1984,”, señala Manuel Sánchez Montero.
Cumbre euroafricana
La cumbre euroafricana que afrontará temas como la inversión en políticas públicas, buena gobernanza o seguridad, ha recibido las críticas de la sociedad civil africana y europea, debido al nulo espacio que deja para su participación real en la toma de decisiones.
“Es imprescindible la exoneración de las medidas sancionadoras impuestas por la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) a un país como Mali, a los bienes, transacciones económicas y movimiento de personas dedicados a la respuesta humanitaria, así como al mantenimiento de servicios básicos esenciales como la sanidad (que depende en un 60% de la cooperación internacional)”, comenta el director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre.
“Desde nuestra organización, alertamos y llamamos la atención de los estados que participan en la cumbre Europa-África para que hagan un esfuerzo no solamente en incrementar los recursos destinados a la seguridad alimentaria y a los bienes esenciales de estas poblaciones en esta región, si no para que avancen y adelanten esa respuesta ahora. No hacerlo supondrá que, dentro de unos pocos meses, las personas que están amenazadas por la crisis alimentaria directamente se añadirán a las que ya están sufriendo una situación extremadamente crítica o fallecerán”, concluye Manuel Sánchez
Acción contra el Hambre es una organización humanitaria internacional que lucha contra las causas y los efectos del hambre. Salvamos la vida de niños y niñas desnutridos. Garantizamos acceso a agua segura, alimentos, formación y cuidados básicos de salud. Trabajamos también para liberar niños, mujeres y hombres de la amenaza del hambre. En España facilitamos el acceso al empleo a personas vulnerables como herramienta para huir de la exclusión, la pobreza y, en último término, de la inseguridad alimentaria.