El G20 tiene una oportunidad única de abordar la desigualdad en el mundo

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Oxfam Intermón reclama una actuación inmediata por parte del G20 para abordar la desigualdad en materia de vacunas, hambre y cambio climático, así como para promover una recuperación económica justa

El G20 tiene una oportunidad única de abordar la desigualdad en el mundo

Con motivo de la Cumbre del G20 que se celebra en Roma, Italia, Oxfam Intermón hace un llamamiento a los líderes del G20 para que tomen medidas urgentes para aumentar drásticamente la fabricación y el acceso a las vacunas COVID-19 en todo el mundo, promover una recuperación económica justa, luchar contra el hambre y reducir las peligrosas emisiones de gases de efecto invernadero, así como ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático que ya se está produciendo.

En esta Cumbre del G20, los líderes deben abordar el escándalo imperdonable de la desigualdad en materia de vacunas y la mala gestión sistémica de la pandemia de coronavirus, que ha provocado un acaparamiento de riqueza sin precedentes.

Los países ricos prometieron originalmente que cualquier vacuna que tuviera éxito sería “un bien público mundial” y se comprometieron a donar 1.800 millones de dosis a los países pobres. Un año después, se han entregado solo 261 millones (el 14%). Si bien sus propias tasas de vacunación son altas, del 63%, solo el 1,8% de las personas que viven en las partes más pobres del mundo han sido completamente vacunadas.

“Al reunirse en Roma en un momento de agitación en términos económicos y de salud pública, en medio de una crisis climática que empeora, los líderes del G20 tienen que elegir entre tomar medidas urgentes contra la COVID-19, el hambre y el cambio climático, o seguir haciendo lo que han estado haciendo hasta ahora, hablar un poco sobre el tema y no hacer nada”, señala Franc Cortada, director de Oxfam Intermón

Los países ricos han acumulado más dosis de las que necesitan y han facilitado que las empresas farmacéuticas se queden con todos los conocimientos científicos y técnicos de las vacunas, en lugar de apoyar las propuestas de la India y Sudáfrica para que las potencias comerciales renuncien a los derechos de propiedad intelectual y a las patentes sobre la tecnología de las vacunas, con el fin de aumentar la producción y reducir los costes de las vacunas para todos.

"Nadie estará a salvo del coronavirus hasta que todas las personas lo estemos. Sin embargo, los países ricos y las empresas farmacéuticas han creado una vacuna del apartheid", afirma Cortada. "En Roma, los líderes del G20 deben dejar de lado sus diferencias e iniciar el proceso para compartir los derechos y la tecnología de las vacunas, y aumentar su fabricación en todo el mundo para garantizar que todo el mundo tenga acceso a ellas."

Los líderes del G20 también deben buscar una recuperación económica más equitativa y ayudar a combatir el hambre creciente en todo el mundo. Más de 40 millones de personas sufren niveles extremos de hambre, principalmente debido a las conmociones económicas causadas en gran parte por la pandemia. El desempleo masivo y la severa interrupción de la producción de alimentos han provocado un aumento del 40% en los precios mundiales de los alimentos, el mayor en más de una década.

"La pandemia ha puesto de manifiesto y ha exacerbado nuestro sistema económico quebrado y desigual", comenta Cortada. “La riqueza de los multimillonarios ha aumentado de 8 billones de dólares a 15 billones en solo dos años, mientras que cientos de millones de personas se enfrentan a situaciones de crisis de hambre y pobreza. Juntos, los miembros del G20 pueden marcar una enorme diferencia, mostrando voluntad política y utilizando su liderazgo multilateral para crear un futuro mejor."

El estallido de la pandemia de COVID-19 ha planteado desafíos sin precedentes para los gobiernos de todo el mundo. La discrepancia en las capacidades de financiación entre países es sorprendente: a lo largo de 2020, las economías avanzadas gastaron alrededor del 20% de su PIB combinado para apoyar a su población, mientras que el apoyo de los mercados emergentes y de los países de bajos ingresos se situó en solo el 5% y el 2%, respectivamente. Esta situación exige una actuación inmediata por parte del G20 para abordar, de manera equitativa y eficaz, las limitaciones causadas por los altos niveles de endeudamiento y la escasez de recursos internos en los contextos más vulnerables del mundo.

Oxfam Intermón también reclama la actuación del G20 para hacer frente a la crisis climática, que está poniendo de manifiesto los efectos desiguales y devastadores de los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de las temperaturas y el incremento del nivel del mar en las comunidades más vulnerables de todo el mundo. Las personas más pobres, con menos recursos y que menos han hecho para causar el problema, son las más afectadas.

“Todavía estamos a tiempo de revertir el rumbo y evitar los peores impactos del cambio climático”, afirma Cortada. "Los líderes del G20 deben aprovechar esta cumbre para mostrar su compromiso colectivo para abordar el cambio climático antes de que comiencen las negociaciones de la COP26 en Glasgow la próxima semana."

Oxfam Intermón reclama de los líderes del G20 reunidos en Roma:

Que levanten las patentes y compartan los conocimientos y la tecnología de las vacunas COVID-19, que inviertan en centros descentralizados de fabricación de vacunas en los países pobres y redistribuyan las vacunas existentes de manera equitativa.

Que impulsen sus acciones climáticas presentando NDC (Las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC por sus siglas en inglés) son el núcleo del Acuerdo de París y de la consecución de esos objetivos a largo plazo. Las contribuciones determinadas a nivel nacional encarnan los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones nacionales y adaptarse a los efectos del cambio climático) ambiciosas basadas en su parte justa antes de la COP26 y aumentando su compromiso de financiación climática.

Que garanticen una generosa reasignación de derechos especiales de giro (DEG) de los países más ricos a los países en desarrollo, que debe estar libre de intereses y condicionalidad y que sea un elemento adicional a los compromisos existentes de AOD y de financiación para el clima.

Que sigan trabajando en el paquete de reformas fiscales que se acaba de acordar para recuperar la equidad y abordar de manera más eficaz y verdaderamente inclusiva la transferencia de beneficios corporativos y los efectos dañinos de la competencia fiscal.

Que apoyen e inviertan en sistemas universales de protección social que se puedan escalar de manera flexible para hacer frente a las crisis sanitarias, climáticas y económicas, como la pandemia y sus consecuencias, entre ellas la crisis del hambre.

“Los líderes del G20 deben elegir entre un futuro más brillante, saludable y sostenible para todos o una riqueza extrema para unos pocos”, insiste Franc Cortada. “Este es el momento para que los líderes del G20 sean audaces. Pueden ayudar a vencer la pandemia y crear un mundo justo y equitativo para que todos prosperemos y no solo sobrevivamos." 

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