Los daños en las infraestructuras, incluidas las plantas de tratamiento de aguas residuales y de desalinización, socavan el acceso al agua segura y a los sistemas de saneamiento, vitales para el control de la pandemia.
El suministro de energía es uno de los mayores problemas: el combustible se está agotando, y hay un alto riesgo de que ocurra lo mismo con la electricidad, que es esencial para el funcionamiento de los hospitales y otros servicios básicos. El déficit energético es del 70%.
Los hospitales corren el riesgo de estar saturados, ya que están atendiendo a los heridos por los combates y a los casos de Covid19.
El cruce de hostilidades y la escalada de violencia puede desencadenar una crisis humanitaria.
El conflicto entre Israel y los grupos armados palestinos en Gaza está provocando la destrucción y los daños de instalaciones de servicios básicos como hospitales, carreteras, plantas de desalinización y escuelas. En una situación en la que las hostilidades se han intensificado, cobrándose la vida de más de 213 gazatíes y 12 israelíes, los desplazamientos por las carreteras, el acceso al agua limpia y segura y la electricidad son cada vez más difíciles. Este deterioro de la situación se ve amplificado por la falta de recursos y bienes, como combustible y medicamentos, y por el peligro que supone la situación que impide a los operarios llegar a los lugares dañados para realizar las reparaciones oportunas. La comunidad humanitaria sigue reclamando la creación de un corredor humanitario para prestar apoyo inmediato a la población de Gaza, actualmente sometida a una intensa presión, y para evitar un empeoramiento de la situación humanitaria.
Desde el comienzo de la escalada de violencia, el 9 de mayo, más de 75 incidentes han afectado a las redes de agua y saneamiento, como alcantarillas, pozos, estaciones de bombeo de agua, vertederos de residuos sólidos o la planta desalinizadora del norte de Gaza, que suministra agua a unas 250.000 personas. Estos incidentes están afectando al acceso a los servicios de agua y saneamiento de más de 800.000 personas en Gaza.
El impacto en las infraestructuras
"Los daños y la destrucción de las infraestructuras de agua y saneamiento tendrán un impacto dramático en la salud de la población, que se enfrenta a un mayor riesgo de infecciones y enfermedades debido a la falta de agua limpia y de gestión de las aguas residuales", explica desde Jerusalén Lucas Honauer, director de Acción contra el Hambre en el territorio Palestino ocupado.
El impacto en el sistema sanitario de Gaza es ya latente: el Ministerio de Sanidad de Gaza ha denunciado la falta de equipamiento en los hospitales. A pesar de estar protegido por el Derecho Internacional Humanitario, el centro de salud de Hala Al Shawa ha sido completamente destruido por un ataque aéreo israelí, y los hospitales de Beit Hanoun e Indonesia, donde trabaja Acción contra el Hambre, han sufrido daños que se están evaluando.
Los hospitales que continúan dando servicios están saturados por la doble atención: a las personas heridas por los enfrentamientos y los casos de Covid19, lo que ha coincidido con una alta tasa de contagios reciente en la Franja de Gaza. El centro de salud Al Remal, donde se estaban realizando las pruebas de la Covid19, fue destruido el pasado 17 de mayo por un ataque aéreo, lo que hace casi imposible seguir la evolución de la pandemia.
Violencia y Covid19: doble afectación
Esto supone otra complicación en el contexto actual, como subraya Lucas Honauer: "estamos en un momento crítico en el que la Franja de Gaza se enfrenta a una tasa de contagio muy alta de Covid19 y el acceso al agua y al saneamiento sigue siendo la primera y más fácil forma de protegerse". De igual modo hay que tener en cuenta el alto nivel de desplazamientos que provocan los bombardeos, lo que se traduce en refugios superpoblados sin acceso a agua potable ni a un saneamiento adecuado.
Además, el suministro de energía es uno de los mayores problemas en este momento: el combustible se está agotando, lo que tendrá un impacto directo en la producción de electricidad del Plan de Energía de Gaza. El suministro de energía en Gaza se ha reducido a menos de 7 horas de electricidad al día.
En este contexto, es esencial que ambas partes respeten el Derecho Internacional Humanitario y permitan a las organizaciones humanitarias responder a esta emergencia con garantías de seguridad para el personal humanitario.
Nuestros equipos sobre el terreno están recopilando información para evaluar los daños con el fin de diseñar una respuesta adecuada a las necesidades de la población civil. La situación de seguridad en la Franja de Gaza sigue siendo muy inestable y el acceso a la ayuda humanitaria sigue siendo difícil tras 8 días de conflicto.
Acción contra el Hambre trabaja en Cisjordania desde 2002 y en la Franja de Gaza desde 2005. Desde entonces, ha implementado con éxito programas de Agua, Saneamiento e Higiene y Seguridad Alimentaria con diferentes enfoques: emergencia, protección, resiliencia y desarrollo.