El cierre de las escuelas públicas desde el brote de COVID-19 y la falta de presencia estatal en las zonas rurales han provocado un aumento significativo en el reclutamiento de niños y niñas soldado en Colombia. Según cifras oficiales, 12.481 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por la fuerza en el país en 2020, si bien "se cree que la cifra real es significativamente mayor", asegura la directora nacional de Aldeas Infantiles SOS en Colombia, Ángela Rosales.
Como miembro del Consejo Nacional de Paz de Colombia, Aldeas Infantiles SOS ha condenado, en una declaración conjunta con organizaciones de derechos humanos, el ataque del ejército colombiano contra un campamento rebelde en la ciudad de Calamar, en el que se estima que en torno a 12 niños y niñas soldado perdieron la vida.
En respuesta a las declaraciones del ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, que justificó el ataque calificando a cualquier soldado menor de edad de "máquina de guerra", la organización de atención directa a la infancia sostiene que los niños no son máquinas de guerra sino víctimas, ya sea del reclutamiento forzoso o del hambre y la desesperación que les mueve a unirse a estos grupos armados. "Los niños y las niñas tienen derecho a la protección. Reclutarlos como niños soldado es contrario al derecho internacional", afirma Ángela Rosales.
Después de décadas de guerra civil, un acuerdo de paz en 2016 trajo la esperanza al país, pero la violencia no da tregua. Aldeas Infantiles SOS lleva desde 1971 trabajando en Colombia para proteger a la infancia en situación de vulnerabilidad, ayudar a las familias a dejar atrás la pobreza y sensibilizar en favor de la paz.