Dos equipos de emergencia de Acción contra el Hambre se han movilizado hoy mismo para hacer la primera evaluación rápida de daños en Metro Manila y la provincia de Rizal. El tifón Vamco, con vientos sostenidos de 155 kilómetros por hora y rachas de hasta 255 km/h, ha tocado tierra en la isla de Luzon, provocando fuertes inundaciones.
Llega a la isla solo 15 días después del supertifón Goni. La temporada de tifones (octubre-diciembre) de este año está siendo una de las más graves de los últimas décadas en el archipiélago.
“Este desastre llega apenas dos semanas después de que el supertifón Goni acabase con los medios de vida y hogares de cerca de dos millones de personas en el sureste de la misma isla. Es enormemente complejo para las autoridades y para las organizaciones humanitarias responder a dos emergencias contemporáneamente, y más en un contexto de COVID-19, que ha mermado los fondos disponibles para responder a crisis humanas. Pese al enorme progreso realizado por el país [el segundo del mundo más expuesto a desastres] en términos de prevención, y los avances para alertar y evacuar a la población, salvando vidas, la ayuda sigue siendo muy necesaria para garantizar agua, refugio y alimentos a las personas desplazadas de su hogar, explica Benedetta Lettera, responsable geográfica de Acción contra el Hambre para Filipinas.
“Los retos para la ayuda son también enormes en cuanto a la protección necesarias en un contexto de pandemia. La labor de reconstrucción de infraestructuras y de medios de vida necesita también un acompañamiento sostenido después de la emergencia”, añade. Se calcula que este año el fenómeno de La Niña, directamente relacionado con la crisis climática, podría hacer que entre tres y seis tifones golpeen el archipiélago antes de final de año.
Sin agua en la zona afectada por el supertifón Goni
Acción contra el Hambre está interviniendo desde los primeros momentos de la emergencia en la zona afectada por el supertifón Goni. La tormenta tropical Goni (Rolly en su nombre gfilipino) entró en la zona de influencia del país el 29 de octubre y se convirtió en supertifón antes de tocar tierra en Bato (Cantaduanes), donde alcanzó vientos sostenidos de 225 km/h y picos de hasta 280 km/h. El acceso a agua segura es una de las mayores preocupaciones: el impacto del tifón ha provocado la interrupción en la línea de distribución y los gobiernos provinciales de Albay y Camarines Sur está desplegando tanques de agua en las comunidades afectadas. “Las familias hasta las que no llegan los camiones cisterna buscan agua desesperadamente, ya que en los barangays inundados la mayoría de las bombas de agua y los grifos todavía permanecen sumergidos en las aguas. Y una vez que las aguas de las inundaciones retrocedan, será necesario tratarlas”, explica el equipo de acción contra el Hambre desplegado en la zona.
Trabajamos en Filipinas desde el año 2000 y hemos desplegado intervenciones de emergencia tras numerosos desastres naturales en el país como tifones y terremotos, incluido el supertifón Haiyan de 2013.