El equipo de Acción contra el Hambre en la región ya está sobre el terreno realizando la primera evaluación rápida de necesidades y diseñando la primera respuesta de emergencia.
“Sigue lloviendo intensamente en el norte de Guatemala, y nos preocupa enormemente el riesgo de riadas y deslizamientos en una de las zonas más pobres del país”, explica desde Guatemala el Director País de Acción contra el Hambre, Miguel García Arias. “Hay ya más de 50 albergues o centros de evacuación activos a los que están llegando las personas que han perdido su hogar. Nos preocupan las necesidades básicas de agua y saneamiento en estos puntos, más en un contexto COVID-19 en el que el hacinamiento de personas puede resultar fatal”, señala.
“En Departamentos como Alta Verapaz, en la zona central de Guatemala hay decenas de carreteas y puentes dañados, lo que dificulta enormemente el acceso para labores de rescate o asistencia. En algunas comunidades solo se puede acceder por helicóptero, aunque el agua les impide aterrizar. Se está lanzado asistencia básica desde el aire”, explica Ana Lucía Juárez, responsable de comunicación de Acción contra el Hambre desde Ciudad de Guatemala.
Prioridad: agua e higiene
“Estamos priorizando el abastecimiento de agua segura y kits de higiene, incluyendo elementos de protección contra la COVID-19 como mascarillas y guantes. Hay que recordar que se trata de una de las zonas más pobres de una región en la que ya antes de la pandemia más de 5,3 millones de personas necesitabas asistencia humanitaria [datos de Naciones Unidas]”, explica García.
El huracán Eta (categoría 4 de 5) tocó tierra en Nicaragua el 3 de noviembre. Se trata del 12º huracán de esta temporada en el Atlántico, que en 2020 está sufriendo la temporada de huracanes más intensa desde 2005.
Acción contra el Hambre trabaja en Centroamérica desde 1996 con un equipo de 70 personas, con programas de nutrición, medios de vida, agua saneamiento e higiene y prevención de desastres.