Nosotros, los representantes abajo firmantes de la industria mundial del libro, instamos a los gobiernos de todo el mundo a que reconozcan, apoyen y celebren la importancia de los libros, las soluciones de aprendizaje y los contenidos profesionales y académicos mediante la adopción de paquetes de incentivos económicos para sostener sus respectivos sectores editoriales y las cadenas de valor que los rodean.

Hoy, en el Día Internacional del Libro 2020, reconocemos el papel vital que desempeñan los libros en la sociedad. A través de los libros aprendemos, conocemos otras culturas, soñamos, nos entendemos unos a otros. A través de ellos aprendemos a empatizar. Los libros son necesarios para la investigación científica, para educar a nuestros hijos y en el aprendizaje de la vida. Nos ayudan a ser mejores seres humanos.

Los libros necesitan autores que los escriban e ilustren, editores que inviertan en ellos, libreros que los hagan llegar a los lectores y organizaciones de gestión colectiva que protejan sus derechos de autor. Esta cadena, tan vital para la sociedad, está bajo amenaza inminente.

En esta época de distanciamiento social, se ha vuelto a destacar/poner en valor la importancia de los libros. Quedarse en casa y leer un libro es una forma de cuidar de los demás. Los periódicos y blogs de todo el mundo han elaborado listas de libros para leer durante el aislamiento, ya sea como vía de escape o para entender lo que está sucediendo. Los libros son a los que la gente recurre en tiempos difíciles.

En muchos países los padres han tenido que convertirse en educadores. Los profesores han tenido que encontrar nuevas formas de enseñar a los alumnos. Los autores y editores de todo el mundo han respondido otorgando licencias de sus contenidos y servicios digitales. Los editores y autores se han apresurado en apoyar a los padres con lecturas de libros online como "Read The World" que han estallado en la red. El mundo está confiando en las investigaciones que se publican en revistas especializadas para poder orientar sus políticas de salud y desarrollar una vacuna. La inversión de los editores de este tipo de revistas y su amplia comunicación son ahora cruciales. Y éstas se han intensificado, haciendo de manera voluntaria que la investigación relacionada con el COVID-19 esté disponible y sea susceptible de reutilización.

Ya sean libros para el público en general, libros infantiles, educativos o de investigación científica, autores, editores, distribuidores, libreros y organizaciones de gestión colectiva han reaccionado rápidamente para adaptarse cuando ha sido necesario y actuar de manera responsable en la sociedad.

El COVID-19 está teniendo unos efectos nefastos/desastrosos en toda la sociedad. Las economías se están parando y nadie sabe con certeza cuándo volveremos a la normalidad o incluso si eso es posible. El impacto en las culturas creativas en todo el mundo, incluido el sector del libro, ha sido devastador.

En muchos países, nuestra industria se está quedando sin oxígeno. Tenemos que encontrar alguna manera de asegurar el futuro de los autores, editores, diseñadores, distribuidores, libreros y de aquellos que trabajan en la gestión colectiva, para que la industria del libro pueda recuperarse una vez finalizada esta pandemia.

Un mundo sin libros nuevos sería un lugar triste y empobrecido. Estamos luchando por sobrevivir a esta crisis, pero necesitamos ayuda. Necesitamos que los gobiernos nos ayuden a superarla juntos.