Los equipos de Acción contra el Hambre se preparan para apoyar estructuras sanitarias y reforzar los programas de higiene en los países más afectados por el hambre.
Acción contra el Hambre advierte que una expansión en los países más pobres golpearía en primera instancia a los niños y niñas con desnutrición y sistemas inmunológicos debilitados, podría limitar la producción y distribución de alimentos y colapsaría en muy poco tiempo los sistemas de salud más débiles.
La promoción del lavado de manos y la distribución de jabón y kits de higiene será una respuesta prioritaria para contener el coronavirus en otros continentes.
Infancia y personas refugiadas y migrantes serán un objetivo prioritario.
“Un estado de desnutrición es un factor de riesgo determinante, dado que aumenta exponencialmente la vulnerabilidad frente al coronavirus y sus consecuencias. Los niños y niñas menores cinco años podrían ser los primeros en morir si el virus se expande a países con una alta carga de desnutrición”, explica Antonio Vargas, responsable de salud y nutrición de Acción contra el Hambre. La gestión de una epidemia de esta magnitud no solo hace peligrar los sistemas de salud de muchos de los países en los que Acción contra el Hambre interviene, sino también la producción y distribución de alimentos.
Acción contra el Hambre está preparándose para reforzar sus programas de promoción de higiene, distribución de kits de higiene y apoyo a los sistemas de salud en todos los países en los que trabaja. Esto supone garantizar infraestructuras de agua y saneamiento en los centros de salud y reforzar la distribución de material como mascarillas y guantes para proteger a personal sanitario. Del mismo modo, si la epidemia del coronavirus se generaliza y repercute en las cadenas de producción de alimentos, será necesario activar mecanismos de apoyo para evitar la inseguridad alimentaria en estos países en desarrollo.
Lavado de manos, jabón y especial atención a concentraciones de personas refugiadas y migrantes
“Es imprescindible una buena higiene para frenar el contagio y, de esta manera, no colapsar los sistema público de salud”, expone Pablo Alcalde, responsable de los programas de higiene, agua y saneamiento de Acción contra el Hambre. “La experiencia sobre el terreno nos ha demostrado que la promoción del lavado de manos con jabón es la intervención más eficaz a la hora de combatir la morbilidad, con mejores resultados que otras intervenciones de salud preventiva y que cualquier otra acción en materia de agua, saneamiento e higiene”, detalla Alcalde.
“Nos enfrentamos a un virus que no conocemos, que no funciona como la gripe porque es más contagioso y para el que solo una buena higiene puede frenar la curva de contagios”, declara Alcalde. En los casi 50 países donde Acción contra el Hambre trabaja, la higiene es fundamental y clave para frenar el contagio en epidemias: “la promoción de la higiene ha pasado a convertirse en un componente indispensable en prácticamente todas las intervenciones de agua y saneamiento, y muy especialmente en emergencias, donde la población tiene que concentrarse en lugares hacinados y a menudo sin infraestructuras de saneamiento ni acceso a utensilios básicos para la higiene”, detalla Alcalde. En este sentido, los lugares con concentración de personas refugiadas o migrantes como las de Siria o Venezuela podrían convertirse muy pronto en escenarios de alta transmisión comunitaria.
Los niños y las niñas son un grupo particularmente importante en los programas de promoción de higiene y especialmente en el lavado de manos, ya que los más pequeños suelen ser un agente contaminante al ser más inquietos y estar en contacto con numerosos cuerpos que pueden estar contaminados.
La mortalidad podría ser mayor en los países más pobres
Vargas advierte que será difícil dimensionar el alcance del virus en numerosas regiones porque carecen de recursos adecuados para el diagnóstico: “será complicado saber el número exacto de contagios por este virus, pero cabe suponer que la tasa de mortalidad será más alta que la de Europa y China”. Vargas descarta las comparaciones con otras epidemias que afectan recurrentemente a los países más pobres, como el cólera o el ébola porque tienen mecanismos de infección distintos. “Podría asimilarse más – explica - a un virus como el del sarampión: también es respiratorio y es bastante más contagioso pero, a diferencia del COVID-19 cuenta ya con una vacuna eficaz”.
Acción contra el Hambre desarrolla programas de salud y promoción de higiene en cerca de cincuenta países en el mundo. Acción contra el Hambre desarrolla programas de salud y promoción de higiene en cerca de cincuenta países en el mundo. Solo en 2018 distribuimos 2,6 millones de kits de higiene y nuestros programas de promoción de higiene llegaron a 8,9 millones de personas.