El joven referente de la odontología estética en Colombia enfatiza que transformar una sonrisa es una gran responsabilidad y no debe tomarse como un procedimiento superficial o meramente comercial.

El diseño de sonrisa ha ganado popularidad en los últimos años. Redes sociales, influencers y figuras públicas muestran resultados inmediatos que muchas veces dan la impresión de ser sencillos, rápidos y sin mayores riesgos. Sin embargo, para el Dr. Adrián Donado, odontólogo estético, miembro de la Asociación Colombiana de Armonización Orofacial y líder en turismo médico dental, esta tendencia también ha abierto la puerta a errores, sobretratamientos y procedimientos poco éticos que afectan no solo la estética, sino la salud bucodental de los pacientes.

Con tan solo 27 años, el Dr. Donado ha alcanzado una reputación impecable no solo por sus resultados clínicos, sino por su enfoque ético y responsable. Su historia personal —hijo de enfermera y albañil, y barbero desde los 13 años— le enseñó que trabajar con el rostro de una persona es un acto de confianza, respeto y detalle.

“Diseñar una sonrisa es intervenir la identidad de alguien”

Para el Dr. Donado, un diseño de sonrisa no se trata simplemente de “poner carillas bonitas”. Se trata de comprender el rostro, la expresión emocional, la funcionalidad dental y la armonía facial de cada paciente. “Estamos interviniendo la forma en la que una persona se expresa, se comunica, se ve y se siente. No podemos tratar eso como un procedimiento de rutina ni usar una fórmula estándar”, afirma..

Advierte que muchos odontólogos jóvenes están siendo seducidos por tendencias visuales en redes sociales y están dejando de lado el análisis clínico y facial profundo. “No todos los pacientes necesitan un diseño de sonrisa con lentes cerámicos, ni todos los casos deben resolverse con carillas. Hay que saber cuándo intervenir y cuándo no”.

Riesgos de la mala praxis estética

Una mala planificación estética puede generar más que una sonrisa artificial. Puede provocar daño en el esmalte, inflamación gingival, trastornos de oclusión y, lo más preocupante, afectar la autoestima del paciente en lugar de elevarla.

“Muchas veces recibimos pacientes que vienen buscando ‘arreglar lo que otro dejó mal’, y eso no solo implica rehacer un tratamiento, sino trabajar también con la frustración del paciente. Por eso es tan importante que como odontólogos tengamos criterio clínico, pero también ética y responsabilidad emocional”.

Formación, sensibilidad y visión artística

La opinión del Dr. Donado no surge solo desde lo técnico. Su formación ha estado marcada por la sensibilidad que adquirió desde joven como barbero, y que hoy aplica a su práctica como odontólogo estético. “Desde los 13 años aprendí a observar rostros, proporciones, simetrías. Esa experiencia me dio una mirada que va más allá de los dientes: es una visión facial completa”.

Actualmente, Donado se dedica también a capacitar a colegas en técnicas avanzadas con lentes cerámicos, pero sobre todo, les transmite una filosofía: no todo lo que se puede hacer, debe hacerse. “Un buen profesional sabe cuándo intervenir y cuándo decir que no. Y eso también es cuidar al paciente”, afirma con convicción.

El papel del paciente: informarse antes de decidir

El Dr. Donado también hace un llamado a los pacientes: “No se dejen llevar solo por las fotos del ‘antes y después’. Pregunten, pidan ver casos reales, asegúrense de que el profesional tenga formación en estética dental, armonización orofacial y manejo integral del rostro. Porque no están comprando un producto, están confiando su sonrisa, su salud y su imagen”.

Una sonrisa bien diseñada no solo embellece: empodera, conecta y transforma. Pero cuando está mal hecha, puede romper más que un diente: puede fracturar la seguridad de una persona.

Por eso, el mensaje del Dr. Adrián Donado es claro: el diseño de sonrisa debe hacerse con conocimiento, ética, arte y responsabilidad. Y eso solo lo logra un profesional que vea cada tratamiento como una obra única, y a cada paciente como alguien que merece lo mejor, no lo más rápido.