El informe 'No tenemos tiempo: la división de los cuidados en función del género y su impacto en las niñas', que forma parte de un estudio iniciado en 2007 por Plan International, ha seguido a niñas desde su nacimiento hasta los 18 años, analizando el uso del tiempo de 92 niñas de 9 países (Benín, Brasil, Camboya, República Dominicana, El Salvador, Filipinas, Togo, Uganda y Vietnam)
Plan International, organización que defiende los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, ha alertado, en el marco de la Cumbre del G20, de que las niñas de entre 5 y 14 años, en todo el mundo, dedican 550 millones de horas diarias al trabajo no remunerado de cuidados.
La organización ha presentado el informe 'No tenemos tiempo: la división de los cuidados en función del género y su impacto en las niñas', a partir de entrevistas sobre el uso del tiempo a 92 jóvenes de 17 y 18 años de nueve países (Benín, Brasil, Camboya, República Dominicana, El Salvador, Filipinas, Togo, Uganda y Vietnam), que revela que el 94% dedican cinco horas y 15 minutos al día a tareas domésticas y de cuidados, un tiempo que es más del doble del que dedican a sus tareas escolares.
Estas labores, en su mayoría invisibles y casi siempre asumidas por niñas y mujeres, limitan de manera significativa sus oportunidades educativas y laborales. Además, esta sobrecarga tiene un impacto negativo en su bienestar a largo plazo, ya que reduce su tiempo disponible de ocio, socialización y descanso.
"Redistribuir el trabajo de cuidados e incluir a hombres y niños en estas tareas es esencial para garantizar un futuro más equitativo para las niñas. Los gobiernos tienen la responsabilidad de poner en marcha políticas sociales que aborden esta brecha de género en los cuidados, para fomentar las oportunidades educativas y laborales de las jóvenes", afirma Concha López, directora general de Plan International.
De las 92 participantes, 87 realizan trabajos no remunerados de cuidados en sus hogares diariamente, lo que supera, incluso, el tiempo que las mujeres adultas dedican en promedio a estas tareas a nivel mundial. Las niñas entrevistadas expresan su agotamiento y la dificultad de equilibrar sus responsabilidades domésticas con sus estudios y, en algunos casos, con trabajos remunerados que ayudan a mantener a sus familias.
"Me gustaría tener tiempo para relajarme. Debería estar estudiando, pero no puedo descansar porque tengo demasiado que hacer en casa. A veces me siento desbordada porque no puedo concentrarme en mis estudios cuando llego y me esperan las tareas domésticas", expresa Darna, una adolescente filipina de 18 años.
Consecuencias en la educación y el futuro de las niñas
El informe de Plan International señala las graves consecuencias de este reparto desigual del trabajo de cuidados: un 21,7% de las niñas entrevistadas han abandonado la escuela y no continúan su educación. Las niñas y jóvenes que continúan con su educación también se enfrentan a dificultades para asistir a clase, realizar tareas y rendir académicamente.
Esto tiene un impacto económico negativo, a largo plazo, para ellas: además de repercutir en su formación, tienen menos probabilidades de conseguir empleos bien remunerados, lo que las expone a un mayor riesgo de pobreza en la edad adulta.
Además de la educación, las niñas reportan otros impactos negativos, como la falta de tiempo para el descanso, altos niveles de estrés, pocas horas de sueño y la sensación de soledad y aislamiento al no poder disfrutar de actividades de ocio o tiempo con sus amistades y familiares.
El informe también señala que el cambio climático agrava las desigualdades de género, ya que su impacto en los hogares puede aumentar las responsabilidades de cuidados de las niñas, que, en ocasiones, deben encargarse de cuidar de personas enfermas o heridas tras fenómenos meteorológicos extremos o de los que enferman por malnutrición cuando el clima ha afectado a medios de vida como la agricultura o la ganadería.
Por otro lado, tal y como revela el informe de Plan International, a medida que los recursos de las familias disminuyen y las madres buscan trabajo fuera de casa, se espera que las niñas asuman estas funciones adicionales. La investigación advierte de que el trabajo que realizan las niñas suele etiquetarse simplemente como "ayuda", lo que perpetúa la falta de visibilidad y minusvaloración de su esfuerzo.
G20: una llamada a la acción
En el marco de la Cumbre del G20, Plan International insta a la comunidad internacional a reconocer y abordar las desigualdades de género que afectan a las niñas, adolescentes y jóvenes. La organización solicita que se incluyan datos sobre los trabajos de cuidados no remunerados en las estadísticas nacionales y que se promuevan políticas de inclusión económica para las niñas.
Además, la organización señala que las voces de las niñas deben estar presentes en las decisiones políticas y señala que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), requieren una mayor atención para avanzar hacia la igualdad de género.
Por otro lado, Plan International alerta de que es fundamental invertir en políticas transformadoras que aborden las dimensiones sociales, económicas y medioambientales de la desigualdad (incluida una acción climática con enfoque de género), promoviendo el acceso de las niñas a la educación y al empleo, para avanzar hacia una sociedad más igualitaria.