"No te enredes": Aqualia reclama un uso responsable del saneamiento

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En el Día Mundial del Saneamiento 2024, Naciones Unidas trata de concienciar sobre la importancia de los sistemas de saneamiento e impulsar su correcta gestión

En aquellos lugares donde ya existen una infraestructura de saneamiento óptima, el reto está en su adecuado mantenimiento a través de sencillos gestos cotidianos como no arrojar toallitas u otras fibras al inodoro

Aqualia retoma su campaña, que, bajo el lema "No te enredes", quiere llamar la atención sobre el daño que provoca en los sistemas de saneamiento arrojar cabello en el inodoro

Con motivo del Día Mundial del Saneamiento, que se celebra cada 19 de noviembre, Naciones Unidas sigue instando a los gobiernos a velar por que los servicios de saneamiento y depuración de agua sean resilientes, eficaces y accesibles a toda la población. Los sistemas de saneamiento son cruciales para la salud pública y ambiental, ya que si son deficitarios provocan contaminación y la proliferación de enfermedades.

En este día la ONU conciencia de nuevo sobre la importancia del saneamiento y de impulsar la adopción de medidas para paliar su crisis: 3.500 millones de personas en todo el Mundo siguen viviendo sin servicios de saneamiento gestionados de forma segura. "Cada acción, por pequeña que sea, ayudará a mejorar los sistemas sanitarios y a proteger la naturaleza", recuerda el organismo internacional.

En esta línea, Aqualia retoma su iniciativa  dirigida a sensibilizar sobre cómo un buen uso de las instalaciones en nuestro hogar repercute directamente en un adecuado mantenimiento de los sistemas de saneamiento. En este sentido, arrojar determinados elementos por el desagüe doméstico puede provocar atascos en los sistemas que conducen el agua a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR). La obstrucción limita el nivel de eficiencia de las instalaciones e impide que el agua sea devuelva al medio natural de la manera más adecuada. En estos casos, el daño para los ecosistemas puede ser considerable.

La campaña 'No te enredes' puesta en marcha desde Aqualia pretende llamar la atención sobre el daño que el cabello arrojado en el inodoro provoca en los sistemas de saneamiento. Aunque el cabello es biodegradable, este es un proceso lento, que puede tardar varias semanas e incluso años en completarse, por lo que los cabellos no se llegan a degradar en las depuradoras.

El cabello, enemigo "casi invisible" de las depuradoras

Cuando pensamos en desperdicios, el pelo no es lo primero que nos viene a la mente. Tal vez porque no conocemos su potencial para obstruir los sistemas de depuración. Como son tan finos, pasan las etapas de desbaste y tamizado, procesos ambos anteriores al de depuración propiamente dichos, que forman parte del pretratamiento. El pretratamiento tiene el objetivo de retener los residuos sólidos que, por su naturaleza y tamaño, dañarían los equipos y perjudicarían a la eficacia de las fases posteriores de tratamiento.

El desbaste consiste en la separación del agua residual de los sólidos tales como piedras, ramas, plásticos, trapos, etc., mediante rejas o tamices. Se extrae la suciedad con volumen considerable del agua pasando por filtros cada vez más y más finos. El proceso de tamizado implica pasar el agua residual a través de un tamiz o red de malla fina, un método altamente efectivo para filtrar elementos como fibras, arenas y grasas. Solo en las depuradoras que opera Aqualia en España se recogen más de 12.500 toneladas al año de residuos de desbaste.

Los pelos se degradan algo en el tratamiento biológico, paso posterior que consiste en reducir el contenido de materia orgánica de las aguas, es decir, su contenido en nutrientes (nitrógeno y fósforo) mediante una serie de procesos que utilizan microorganismos para eliminarlos.

Después de estos procesos, en torno al 90% del agua residual queda libre de sustancias biodegradables. No obstante, los cabellos suelen pasar también esta fase, dirigiéndose íntegramente a la línea de fangos, en los digestores de las depuradoras, donde pueden provocar averías en su funcionamiento. El problema radica en que el material fibroso (pelos y otras fibras) tiende a agruparse formando madejas junto a otros residuos como las toallitas, lo que puede causar atascos y provocar fallos en el funcionamiento de la depuradora.

Pequeños gestos, grandes resultados

Para evitar estos problemas en el proceso de depuración, Aqualia recuerda hábitos sencillos en el hogar, como evitar tirar toallitas al inodoro e impedir que un gran volumen de cabello llegue a los digestores de las depuradoras. Soluciones como el uso de filtros que recojan el pelo en la ducha disminuyen considerablemente el volumen de cabellos que llegan a la depuradora, y además evitan problemas de atascos en las tuberías. Se debe evitar arrojar estos cabellos al retrete, ya que terminarían llegando de igual manera a la depuradora: lo correcto es depositarlos en el contenedor de resto (gris).

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