Cuadernos del Laberinto publica la poesía amorosa de Jorge Torres Daudet

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Cuadernos del Laberinto publica la poesía amorosa de Jorge Torres Daudet

Llega a las librerías de toda España la poesía amorosa de Jorge Torres Daudet (Guadalajara, 1943), editada por Cuadernos del Laberinto, y bajo el sugerente título de “En el amor todo es posible. También en el desamor”.

Versos para amar, pero también para dotar de belleza a los sentimientos; porque la palabra da vida, pero también puede doler. El autor ha seleccionado —de entre todos sus libros— lo que considera más representativo en torno a su poesía amorosa, donde el lector encontrará una literatura próxima y sincera, alejada de modismos y enigmas. Si Torres Daudet sabe de algo es de sentir, escribir y reflejar las emociones. 

Un libro muy recomendable para apreciar el sentimiento universal y deleitarse con poemas que lo tienen todo: amor, distancia, dolor, agradecimiento a la vida y a la literatura.

¿Qué va a encontrar el lector bajo este título tan bello y sabio como es “En el amor todo es posible. También en el desamor”?

El título refleja lo que fácilmente se deduce del mismo: trato del amor, del amor por la mujer y, como decía en la introducción de uno de mis libros, pues siempre la he visto como el ser más bello de este mundo. Por otra parte, se dan en ella unas características, algunas consustanciales, como el sentido de la abnegación, el amor al ser al que dan vida y cobijo en sus entrañas, al que amarán hasta el fin de sus vidas. Sin dejar de lado el concepto de lo bello, pues la belleza emana de ellas mismas. Así canto al amor, al amor y admiración que me sugiere la mujer.

Y qué bello “hacer el amor y no la guerra” pero qué lejano e improbable que esta preciosa y manida frase se haga realidad… cada vez nuestra tendencia cainita se hace más presente en la sociedad.

Creo que este título, “En el amor todo es posible, también en el desamor” por desgracia, se hace más vigente.

¿En su poesía hay más amor o desamor?

En mi poesía sale el amor rotundo victorioso contra el desamor, porque así he vivido, rodeado de ese afortunado sentimiento. Por mi mujer, por mis hijos y, últimamente, cuál broche de oro, por mis nietos. No puedo pedir más en la vida. Me iré cargado de equipaje. Satisfecho, muy satisfecho.

“En el amor todo es posible. También en el desamor” es una antología de sus poemas amorosos, de sus anteriores libros ¿cómo ha sido el trabajo de selección?

No ha sido complicado, porque, de antemano, tenía in mente los poemas seleccionados. De la misma forma que ahora estoy preparando otro con poemas de lo cotidiano, y que, espero, verá la luz el próximo año,

Abre el libro un prólogo estupendo de la también poeta Laura Caro en donde se indica que “Poner palabras al amor no resulta tarea fácil y menos el hacerlo de manera tan impecable, sin caer en la verborrea entusiasta”. ¿Cómo logra transmitir de esa forma tan original y sencilla un sentimiento del que se ha escrito tanto?

Mis obras son fruto, en muchos casos, de sentimientos vividos por mí.

Un poema de mi primer libro define mi forma de escribir:

Mis poemas, mis versos,

son palabras, más o menos conexas,

sin trincheras, cátedras ni reglas;

son a pecho, sentimiento descubierto

son… a corazón abierto.

Esto me ha facilitado el observar lo que me rodea y plasmarlo en las reducidas líneas que son los versos, expresando los sentimientos con palabras más o menos bellas y sencillas, en las que se identifiquen otras personas. El amor nos hace iguales; la forma de expresarlo es lo que nos diferencia.

¿Cómo definiría usted la poesía?

Es la expresión que llega al alma con variedad de sentimientos: belleza, horror, tristeza, alegría, belleza, amor…

SED

Y es de ti que tan sediento estoy,

que cuanto más bebo de ti,

más de ti estoy sediento.

SI TÚ NO ESTÁS…

Se diluye el sabor de tus besos,

la esencia de tu cálido cuerpo,

como la sal de las mareas,

como el hielo del invierno.

Mis manos vagan errantes y desesperadas,

buscando tus sendas,

las sedas de tu cuerpo,

porque si no estás, mi vida, sin ti yo soy nada.

El tiempo va marcando la distancia, aleja el tren

de los sueños;

tu imagen queda atrás, difuminada

entre la niebla del mañana incierto.

Mi alma, vacía sin ti, es más fría que el frío hielo

de la madrugada,

nuestro lecho, estepa árida y desierta,

sin el cálido oasis de tu cuerpo.

¿Dónde hallar el fulgor de tus ojos,

dónde la noche, sin estrellas, de tu cabello,

dónde tu risa, dónde tus besos?

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