Tras el éxito del primer restaurante Ástor en la calle del Almendro, el argentino Andrés Olivares y la vallisoletana Raquel Choya, junto al barman limeño Renato Medina, vuelven a apostar por la cocina de autor basada en productos de temporada y de alta calidad en Ástor Puerta Cerrada, en el corazón del madrileño barrio de La Latina, su nuevo espacio de dos plantas con restaurante, salón privado y terraza.
La carta ecléctica del restaurante es un tributo a las cocinas argentina, peruana, española, francesa e italiana, creando así una fusión de culturas que define una cocina sin fronteras y muestra sus aspectos más cautivadores.
El arte de la mixología alcanza nuevas alturas en Ástor Puerta Cerrada. Desde los cócteles clásicos más emblemáticos hasta sus innovaciones propias, cada trago es una obra maestra de sabor y elegancia.
El bandoneonista y compositor argentino Astor Piazzolla revolucionó el mundo del tango abriendo el género a nuevos estilos como el jazz o la música clásica. Y así es Ástor, el restaurante que ha sabido fusionar lo mejor de la cocina argentina con las peruanas nikkei y chifa, la italiana, la francesa y, por supuesto, la española. Fundado en 2016 por el argentino Andrés Olivares y la vallisoletana Raquel Choya, tuvieron claro desde el principio que el compositor era su gran ejemplo en esta aventura.
Su pequeño restaurante en la calle del Almendro, en el corazón del mítico barrio madrileño de La Latina, ha tenido gran éxito desde que abrió. Y en 2022 llegó su hermano mayor: Ástor Puerta Cerrada. Un amplio espacio, dividido en dos plantas, con capacidad para 81 personas, entre su restaurante, su salón privado y su terraza, situado entre las calles Segovia y Tintoreros que mantiene todo el carácter familiar original, pero mucho más luminoso, donde destacan sus paredes blancas encaladas, jarapas y alfombras de yute, que nos transportan al mediterráneo. Tranquilidad y calma para disfrutar de una experiencia gastronómica única, con una cocina de autor que se fundamenta en productos frescos y de alta calidad con un enfoque innovador y vanguardista.
Las personalidades de los dueños determinan el carácter ecléctico de la carta de Ástor Puerta Cerrada en la que se encuentran recetas argentinas, otras genuinamente castellanas y platos procedentes de la cocina nikkei y chifa, como su Char Siu, panceta salmantina glaseada que elaboran a baja temperatura durante ocho horas con salsa de soja y especias, pack choi y aceite de sésamo o el lomo de corvina de la Costa Brava con salsa tonkatsu.
Una mezcla multicultural que da identidad a una cocina que cruza fronteras y despliega sus mejores encantos en platos como el risotto de nuez garrapiñada y pera macerada; el ceviche frito de cazón al estilo jalea; o el tartar de salmón con yuca frita a la huancaína.
El lado argentino de Ástor lo conocemos a través de sus empanadas de espinacas, queso mozzarella y uvas pasas, su provoleta, un auténtico parrillero con pimientos rojos asados y aceite infusionado con ajo y albahaca; de sus excepcionales carnes como la gran hamburguesa de buey de 250 gramos, su increíble ojo de bife de vaca de la raza Hereford, procedente de la Pampa argentina, con patatas especiadas, ensalada de rúcula, cherries y aliño casero de mostaza de Dijon y, que viene con chimichurri casero. De la misma raza de vaca son sus albóndigas emulsionadas en nata y orégano con salsa parmeggiano. Y, por supuesto, en los postres, entre los que sobresale la famosa chocotorta argentina, un bizcocho de chocolate con de dulce de leche.
No queda ahí la cosa, en su oferta hay también recetas francesas e italianas como la pasta casera o tagliatelle, con salsa de trufa.Y lo mejor, toda la carta es apta para celíacos.
Y no puede faltar la presencia de clásicos del tapeo como los boquerones en vinagre, sus deliciosas croquetas de jamón ibérico sobre puré de guisantes o las de bacalao con láminas de katsuobushi y salsa picante de tomate y naranja, la degustación de quesos, embutidos, cecina de León o jamón ibérico de bellota 100% DOP Guijuelo.
Desde clásicos hasta joyas enológicas, así es la bodega de Ástor
La bodega del restaurante Ástor en Madrid es un verdadero santuario para los amantes del vino, donde se fusionan la tradición y la innovación en cada botella. Con una cuidadosa selección de referencias de blancos, tintos, jerez y espumosos procedentes de España, Francia, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, ofrece una experiencia única para los paladares más exigentes.
Desde blancos, tintos y dulces de la bodega madrileña Soto Manrique, a clásicos españoles de añadas especiales de Rioja, pasando por blancos y tintos de la costa del Ródano y de la zona de Champagne, a reconocidos vinos con máxima puntuación en la Guía Parker y vinos naturales, ecológicos y biodinámicos, cada visita a la bodega de Ástor es un viaje de descubrimiento y deleite. Sumérgete en un mundo de sabores y aromas que complementarán a la perfección la alta cocina del restaurante. En la bodega del Ástor, cada copa es un tributo a la excelencia enológica y al placer de compartir momentos inolvidables.
Técnica, creatividad y excelencia en la coctelería de Renato Medina
En la barra de Ástor Puerta Cerrada, el arte de la mixología alcanza nuevas alturas bajo la dirección del limeño Renato Medina. Desde los cócteles clásicos más emblemáticos hasta sus creaciones de autor, cada trago es una obra maestra de sabor y elegancia. Con una combinación magistral de ingredientes frescos y destilados premium, Renato eleva la experiencia de cócteles a un nivel superior. Los clientes disfrutan de una selección única que fusiona la tradición con la innovación, convirtiendo cada sorbo en un momento memorable en el corazón de la capital española.
Abre boca con el Quiero y puedo, hecho con cava, bitter de ruibarbo y licor St-Germain, un licor francés de flor de saúco; prueba su Spanish mule con vodka, Pedro Ximenez, amontillado, lima, vainilla, bitter chocolate y ginger beer y disfruta de su espresso Martini que prepara con licor de café, vainilla, espresso, chocolate blanco y un poco de vodka. O el Amaretto sour, lo pidas o no, siempre te invitan a probar en su versión mini antes de pagar la cuenta. En Ástor Puerta Cerrada, la coctelería es un arte en constante evolución, donde cada creación de Renato Medina es una invitación a explorar nuevos horizontes de sabor y sofisticación.
Por cierto, fíjate en sus cuervos de cerámica repartidos por el salón del restaurante, su símbolo. Un claro homenaje al poema 'El Cuervo' de Edgar Allan Poe, en el que Andrés Olivares se inspiró para crear la imagen corporativa de Ástor.