Los problemas en el maravilloso mundo de oz que representa la sanidad de Cantabria se siguen multiplicando y parece que el barco sigue haciendo aguas por todos los costados.

Recordemos que, cuando hace unos meses desde valores Cantabria cuestionamos lo que se vendió como el "histórico pacto por la sanidad en Cantabria", una de las medidas de dicho pacto suponía compartir el equipo de anestesistas de Valdecilla con el hospital de Laredo, debido a la ausencia de profesionales en esa área en el hospital pejino, el cual es importante insistir en recalcar es el único hospital de toda la comarca oriental de Cantabria.

Una medida estrella que, tal y como se avisó entonces, iba camino de estrellarse próximamente....y aquí tenemos las consecuencias...apenas a un mes de acabar oficialmente la temporada de verano se hace público en el Diario Montañés lo que cualquier persona de la calle, con dos dedos de frente y un poco de sentido común, podría esperar: la falta de anestesistas en el hospital de laredo, y el tener que compartir el equipo de anestesistas con el hospital de Valdecilla, hace que se reduzca la actividad quirúrgica en éste para poder atender las necesidades de aquél.

Vamos, algo que era de Perogrullo; Como dirían nuestras abuelas, no se puede tapar con un trasero dos sillas... No se puede estar en misa y repicando... soplar y sorber, todo no puede ser... o díganlo como prefieran.

Desde valores Cantabria, nuevamente, reivindicamos el más que necesario reconocimiento y apoyo a todo el personal sanitario del servicio cántabro de salud, exigimos al gobierno de Cantabria, y muy especialmente al titular de la consejería de sanidad que afronte la problemática de la sanidad en Cantabria con humildad, transparencia, honestidad y, sobre todo, responsabilidad, asumiendo que existe un problema crónico de base, y que los parches, las medidas puntuales y transitorias, nunca jamás podrán ser eficaces, eficientes y sostenibles en el tiempo.

La sanidad de Cantabria y, sobre todo, el personal sanitario del servicio cántabro de salud y muy especialmente sus pacientes y usuarios, se merecen soluciones reales y, a ser posible, más pronto que tarde. El pan para hoy no puede sino traer hambre para mañana... Y cuando lo que hay en juego es la salud y el bienestar de las personas, es de sabios escuchar, rectificar y corregir, siempre.