Si bien la inmortalidad no es posible, existen maneras de prolongar la vida y mejorar tanto el bienestar físico como mental. De hecho, de acuerdo con investigaciones de la Escuela de Salud Pública de Harvard, los hábitos de vida saludables pueden aumentar la esperanza de vida en diez años o más.
Existen evidencias científicas que demuestran que las personas que incorporan hábitos saludables a partir de los 50 años viven una década más que aquellas que no practican ninguno de ellos. En este sentido, y dentro de sus iniciativas de RSC, Stannah España, fabricante líder mundial en movilidad, señala los hábitos que promueven bienestar físico, mental y emocional y ayudan a disfrutar de los años durante más tiempo:
Mantener una vida activa. Las personas más longevas del mundo tienen estilos de vida activos, incluso si no hacen ejercicio en el sentido tradicional. Se dedican a trabajos al aire libre, cuidan las plantas en sus jardines o huertos y dan paseos tranquilos. Estas actividades de intensidad moderada son una excelente manera de mantenerse en forma y saludables.
Alimentarse de forma saludable y variada. Es esencial también que adopten una dieta saludable, como la mediterránea, que incluye frutas, verduras, granos integrales y proteínas grasas que aportan vitaminas, minerales y antioxidantes, para fortalecer así el corazón y el cerebro. Además, una dieta variada ayuda a mantener un peso saludable y a huir de la obesidad, enfermedad que ya sufre el 60% de los ciudadanos europeos, y es una causa de riesgo para muchas enfermedades, como los accidentes cerebrovasculares o diabetes, entre otras.
Evitar el tabaco y el alcohol. El consumo de tabaco está ligado a enfermedades crónicas como problemas respiratorios y enfermedades cardíacas y es causante de casi 70.000 muertes en España. La ingesta de alcohol, en el caso de que se beba, debe hacerse con moderación, pues el consumo excesivo puede afectar a órganos vitales como el hígado o el corazón.
Dormir lo suficiente. Algunos de los efectos de un sueño reparador y de calidad, con las horas adecuadas, son la mejora la concentración, la memoria y fortalecimiento de las conexiones neuronales asociadas con los procesos de aprendizaje. Además, durante la fase REM, el cerebro procesa las experiencias emocionales del día, lo que ayuda a estabilizar el estado de ánimo
Alimentar las relaciones sociales. Ser amable, especialmente con uno mismo, y los demás también tiene consecuencias positivas. Las relaciones familiares o sociales favorecen una vida más feliz y longeva. Hay estudios que demuestran que las personas que están socialmente conectadas tienden a vivir más tiempo.
"Adoptar estos hábitos no solo puede aumentar la longevidad, sino también mejorar la calidad de vida en los años adicionales. Cada pequeño cambio en el estilo de vida puede tener un impacto significativo a largo plazo", concluye Alberto Stannah, marketing manager de Stannah España.