La empresa líder en salud ocupacional pone el énfasis en la prevención de riesgos laborales del personal de rescate en playas y piscinas como camino clave para garantizar su seguridad y la de los bañistas
Durante el verano, las playas y piscinas son espacios con mucha afluencia que ofrecen la posibilidad de refrescarse y mitigar los efectos de las altas temperaturas. Sin embargo, aunque el agua es una gran aliada para sobrellevar el calor, no está exenta de riesgos. De aquí, nace la necesidad de los socorristas, una figura primordial que vela por la seguridad de los bañistas y presta atención a cualquier posible incidente.
Si bien puede parecer un trabajo que se realiza en un entorno agradable, Quirón Prevención señala que los socorristas son vulnerables a múltiples riesgos. Las características de las instalaciones son una de las principales problemáticas que enfronta el colectivo, ya que están expuestos a unas condiciones ambientales desfavorables.
De esta manera, los socorristas pueden sufrir tanto sobreesfuerzos al manipular personas que han tenido un accidente como exposiciones extremas a calor, frío, humedad y radiación solar que afecta de forma directa a su salud y desempeño laboral. Asimismo, deben lidiar con agentes biológicos como los hongos o bacterias y con agentes químicos como el cloro en el caso de las piscinas.
Por otro lado, es frecuente la aparición de trastornos de origen psicosocial como consecuencia del estrés y las responsabilidades que implica su trabajo de vigilancia constante que se prolonga durante largas jornadas con duras condiciones ambientales. Además, los conflictos con usuarios que no quieren seguir los protocolos de seguridad y protección también influyen en la aparición de estos trastornos.
Recomendaciones para reducir los riesgos
Considerando el gran abanico de riesgos que enfrontan los socorristas, Quirón Prevención considera fundamental actuar de forma preventiva para limitar el impacto de los factores de riesgo.
Algunas de las recomendaciones del centro líder en salud ocupacional incluyen utilizar calzado con suela antideslizante para evitar caídas y el uso de sombrillas, cremas solares y ropa adecuada, como gafas de sol o gorras, para minimizar la exposición directa al sol. Además, mantenerse hidratado es clave para prevenir golpes de calor, por lo que beber agua con frecuencia, moverse regularmente a espacios con sombra y refrescarse la cabeza es una prioridad.
Respecto a la manipulación de productos químicos, es vital que los socorristas sigan los procedimientos marcados, consultando las fichas de seguridad y utilizando los equipos de protección adecuados.
Por otro lado, es importante usar guantes de protección al atender a personas heridas y desechar correctamente los materiales cortantes. En situaciones de tensión con los usuarios, los socorristas deben mantener la calma, actuar con corrección y distribuir adecuadamente los periodos de descanso para evitar la fatiga mental. Así, podrán realizar su labor de manera efectiva y segura, protegiéndose a sí mismos mientras garantizan la seguridad de los demás.