Se están realizando pruebas con nuez, avellana, cacahuete, anacardo, almendra, pistacho y sésamo.
Según otro estudio presentado en el Congreso, el perfil de paciente con alergia a frutos secos sería el de un preescolar de 4 años, con otra enfermedad alérgica previa
Pediatras alergólogos consiguen tratar la alergia mediada por IgE a frutos secos y al sésamo mediante inmunoterapiaa oral. Así lo han comunicado los pediatras alergólogos, Dres. Celia Pinto y Javier Boné, de la Sección de Alergia Pediátrica de la Unidad de Pediatría y Adolescencia del Hospital Ruber Internacional durante el 48 Congreso de la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica) que se celebra en Córdoba.
La alergia a los frutos secos es una de las principales causas de alergia alimentaria en todas las etapas de la vida y son responsables de reacciones alérgicas graves potencialmente mortales. Por este motivo, un equipo de pediatras alergólogos ha desarrollado unos protocolos de inmunoterapia oral para 6 grupos de frutos secos: nuez, avellana, cacahuete, almendra, anacardo, pistacho y una semilla, el sésamo. "Los resultados clínicos son muy satisfactorios", afirma la doctora Celia Pinto Fernández, pediatra alergóloga miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Alimentaria de la SEICAP y coautora de este estudio realizado en el Hospital Ruber Internacional de Madrid.
"Desde nuestra unidad de alergia pediátrica hemos tratado a 49 pacientes alérgicos a uno o más grupos de frutos secos. Hemos finalizado 53 tratamientos con éxito y tenemos 44 en proceso, con excelente evolución. Se tratan de protocolos sencillos, fáciles de realizar asequibles, eficaces y seguros.", añade la doctora Pinto. Para cada etapa se ha seleccionado un producto elaborado con el fruto seco a tratar a una concentración determinada. Al principio de cada etapa se realiza una prueba de exposición oral con el producto seleccionado que, después se administra diariamente en el domicilio.
La inmunoterapia oral con alimentos (ITO) es una opción terapéutica frente a la dieta de evitación, que se realiza en los pacientes que presentan alergias alimentarias mediadas por IgE, con el que se intenta modificar la respuesta del sistema inmunológico del organismo (inmunomodulación) frente a aquellos alimentos a los que el paciente es alérgico, por eso se debe realizar lo más precozmente posible. Consiste en la administración de dosis crecientes del alimento implicado hasta alcanzar la dosis mayor tolerada o que represente la ración habitual para la edad. "Su objetivo inicial es evitar las reacciones alérgicas por ingesta o contacto accidental con el alimento causal (sobre todo las reacciones anafilácticas), y el objetivo final es la tolerancia completa del alimento y la dieta libre, siempre que sea posible. La ITO mejora la calidad de vida del niño y su familia desde el inicio", explica la doctora.
Perfil del paciente alérgico a los frutos secos
Durante el 48° Congreso SEICAP pediatras alergólogos del Hospital Materno Infantil de Almeria han presentado un estudio sobre las características de los pacientes pediátricos con alergias a frutos secos. Este análisis retrospectivo de cohortes examinó los resultados de todas las pruebas de exposición controlada a frutos secos realizadas en los últimos tres años en una unidad especializada en Neumoalergia pediátrica.
Los datos revelan que una gran proporción de niños con esta alergia también padecen otras condiciones alérgicas: el 60.3% tiene rinitis alérgica, el 49.2% asma bronquial, el 44.4% dermatitis atópica, y el 50.8% tiene otra alergia alimentaria. Además, el estudio encontró una cosensibilización significativa a más de dos tipos de frutos secos en el 7,8% de los casos, evidenciada en el 37.5% de los prick tests y en el 48.4% de los tests de anticuerpos específicos (CAP).
"Tras los resultados obtenidos, el perfil del paciente con alergia a frutos secos podemos decir que es un preescolar de 4 años, con otra enfermedad alérgica previa que, tras la ingesta de frutos secos, presenta a los pocos minutos alergia mucocutánea", explica la doctora Daniela Ramos Jiménez, coautora del estudio.