Muchas veces se ha escuchado sobre personas que han distorsionado su imagen facial con el paso del tiempo y se suelen preguntar si será normal esa forma de envejecer en las personas que se aplican estos procedimientos. La respuesta es no, ya que, debido al desarrollo actual de la medicina estética, se ha logrado desarrollar tratamientos sumamente avanzados que mejoran la calidad de la piel atenuando las líneas de expresión y reposicionando volúmenes que se van perdiendo con la edad. Tienen un efecto positivo a largo plazo cuando se aplican en manos de un profesional calificado, además con muy pocos efectos secundarios precoces como leve hinchazón, irritación y aparición de bultos en la zona intervenida, efectos que desaparecen a los pocos días de la aplicación.
Pero, en otras ocasiones, suelen persistir y deteriorarse progresivamente, hasta deformar o producir necrosis del área tratada. Además, puede presentarse una reacción alérgica ante algún componente de la fórmula, si se utilizan productos de calidad deficiente y mal aplicados.
Los principales factores de riesgo en la aplicación de tratamientos estéticos
Sin embargo, cuando se utilizan incorrectamente, los efectos secundarios del ácido hialurónico y de la toxina botulínica pueden acarrear varias afectaciones para el paciente. Así lo señala Janeth Arévalo, una dermatóloga profesional experta en este tipo de tratamientos. En forma general, estos efectos secundarios se dan:
La calidad del producto no era la adecuada.
No respetar los periodos entre las sesiones de retoque.
No realizar el tratamiento en el plano anatómico correcto.
Que la aplicación lo haya hecho alguien sin experiencia o profesional no médico.
Los efectos positivos, en cambio, siempre van a ayudar a sacar la mejor versión de uno mismo, sin dañar la esencia y resaltando por ejemplo el mentón en personas que no tienen la suficiente proyección según la forma del rostro, si hay un entrecejo muy marcado o falta de ángulo mandibular. En resumen, al corregir asimetrías faciales, siempre va a existir un efecto deseado favorable, progresivo y muy natural. Y solo el efecto de "rebote" se da por los ítems antes descritos.
Por su parte, la toxina botulínica, si se aplica incorrectamente, puede provocar problemas como hinchazón, hematomas o dolores de cabeza. En algunos casos, también ocasiona dolencias como asimetría facial, caída del párpado e incluso dificultades para hablar y tragar si se aplica de manera incorrecta y con poca calidad
Asimismo, la aplicación de estos productos sin respetar su intervalo de descanso entre sesiones reduce su eficacia y origina anticuerpos que causan resistencia al tratamiento y deja de funcionar con la misma intensidad.
Sin embargo, el mayor riesgo radica en realizar estos procesos terapéuticos en personas no calificadas que ameritan cirugía o con enfermedades inmunes, cáncer, etc. Por este motivo, es fundamental acudir a profesionales médicos especializados que sepan decir cuando es sí y también cuando es no en este tipo de tratamientos. Janeth Arévalo es una profesional con amplia formación y experiencia en este campo y cuenta con una clínica dermatológica de primer nivel en su país Ecuador. Esto le permite garantizar una aplicación segura y efectiva de estos procedimientos, para evitar cualquier posible complicación.