El Psicólogo Pedro de la Torre, años tratando a pacientes psicológicos en Valladolid

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El Psicólogo Pedro de la Torre, años tratando a pacientes psicológicos en Valladolid

En esta entrevista se conocerá a Pedro de la Torre, Psicólogo comprometido con el bienestar emocional de las personas.

En un contexto donde un 34 % de los españoles enfrentan problemas de salud mental, un 30 % más cada año, el psicólogo Pedro de la Torre en Valladolid se ha destacado como un referente en el campo de la psicología. 

Con una gran experiencia en el tratamiento de pacientes con desafíos emocionales y mentales, Pedro ha sido un faro de esperanza y apoyo para aquellos que luchan contra sus propios demonios internos.

En esta entrevista exclusiva, Pedro de la Torre comparte su perspectiva única sobre la salud mental, su trayectoria profesional y su visión para el futuro de la psicología en España.

¿Qué motivó a Pedro de la Torre a dedicarse a la psicología y cómo ha evolucionado su enfoque a lo largo de los años?

Desde muy joven me hacía preguntas sobre las relaciones humanas y por qué sentimos las cosas de una manera determinada y no de otra. 

El haber acudido a un psicoanalista a los 19 años, para resolver problemas de ansiedad que tenía, fue determinante para darme cuenta de que por este camino se encontraban respuestas y nuevas preguntas que producían cambios en el cuerpo de uno, y cambios en la manera de sentir las situaciones. 

Llegó un momento en que me plantee que podría ayudar a otras personas del modo en que a mí me ayudaron.  

Con el aumento alarmante de los problemas de salud mental en España, ¿cómo crees que ha cambiado la percepción de la sociedad hacia la psicología y la búsqueda de ayuda psicológica?

La sociedad actual está marcada por un perfil consumista y económico lo que conlleva un individualismo y ruptura de las redes sociales tradicionales que dejan a muchas personas aisladas y desamparadas en sus diferencias. 

Tareas que antes realizaban la familia y el entorno próximo es necesario que se hagan ahora desde las instituciones y las redes profesionales. En el caso de la asistencia psicológica, esto ha provocado que los profesionales sociosanitarios (psicólogos, psiquiatras, trabajadores y educadores sociales) seamos más necesarios que nunca para aplacar ciertos males. La gente se da cuenta de esto y lo valora.

¿Cuáles son los desafíos más comunes que has observado en tus pacientes y cómo abordas su tratamiento de manera efectiva?

Lo que más le cuesta entender a algunas personas es que un tratamiento psicológico es responsabilidad del paciente. El profesional es un apoyo, una guía, pero el trabajo psicoterapéutico requiere un esfuerzo y un compromiso muy grande del paciente. 

Solo si el paciente se implica y da prioridad al tratamiento sobre otras cosas, el trabajo empieza a dar resultados. Otra cuestión es que las cosas llevan tiempo, estos cambios van generalmente muy lentos y hoy día se quiere todo para ya. Las prisas no son buenas tampoco en este ámbito. 

¿Qué papel juegan los factores socioculturales y ambientales en la salud mental de las personas y cómo los consideras en tu práctica clínica?

Son muy importantes, por supuesto. No es lo mismo criarse en un ambiente opulento que en uno escaso, no es lo mismo ser querido que ignorado o maltratado. Las cosas que vivimos nos conforman, porque reaccionamos a lo que vivimos y de eses modo se crean nuestras habilidades y sensibilidades. 

Pero lo más importante no es lo que nos pasa, sino cómo reaccionamos a lo que nos pasa, esa es nuestra peculiaridad y lo que nos diferencia a unos de otros. Es fundamental en el trabajo clínico que cada uno se conozca en este terreno. Lo que doy de sí, lo que me afecta, ahí donde soy más fuerte, etc.

En tu opinión, ¿cuáles son las principales barreras que enfrenta la sociedad española en la comprensión y aceptación de las enfermedades mentales, y qué medidas crees que deben tomarse para superarlas?

En primer lugar, hay que diferenciar entre enfermedad mental y malestar emocional. La enfermedad mental representa una parte muy pequeña (menor del 10 % de las consultas) y la enfermedad mental grave es una minoría (no llega al 0,1 % de la población). 

La enfermedad mental grave hay que tratarla en instituciones multidisciplinares y es imprescindible el tratamiento farmacológico de contención. Cuando está adecuadamente tratada, el enfermo puede hacer una vida autónoma y satisfactoria, pero si no se trata, son personas que dan muchos problemas a su entorno. 

Creo que en España faltan recursos públicos para el tratamiento de enfermos y apoyo a las familias. Los profesionales que tenemos son excelentes y hacen maravillas, pero son pocos y a menudo no llegan a todo. Los profesionales privados podemos hacer algún apoyo, pero el grueso de esta atención se debe hacer desde grandes instituciones, y casi todas son públicas.

¿Cuál es el problema psicológico más recurrente en tu clínica? 

La nuestra es una pequeña clínica en la que se dan todas las patologías que hay en nuestra sociedad, la presencia de la ansiedad en Valladolid es importante. Sobre todo tratamos trastornos emocionales relacionados con la ansiedad y la depresión. 

Nuestra mente es un sistema complejo en el que cuando hay alguna disfunción, los desajustes que provoca pueden resultar en síntomas muy dispersos, por eso hay que hacer un trabajo personal, quiero decir que cada persona desarrolla síntomas que son personales, ante lo que pueden parecer problemas similares. 

¿Qué consejo práctico darías a alguien que está experimentando altibajos emocionales en su vida diaria?

Siempre tenemos que estar pendientes de la gravedad de lo que nos pasa. El límite es un criterio personal, en el que cada uno determina si lo que le pasa lo puede soportar, o necesita ayuda. 

Si lo que sufrimos empieza a afectar nuestra vida diaria, es el momento de consultar a un profesional. Si los altibajos tienen una clara relación con un suceso que las origina, ¿Por qué no soy capaz de llevar esto? Si, por el contrario, prefiero abordarlo sin consultar, está bien que nos demos la oportunidad.  

¿Cuál es tu técnica o estrategia favorita para ayudar a tus pacientes a manejar el estrés y la ansiedad?

No es algo mío personal, un psicólogo es alguien que escucha. Para entender lo que pasa a alguien y por qué le pasa, es imprescindible escuchar. Como he dicho antes, este trabajo recae principalmente sobre el paciente, y es de la colaboración con el profesional de donde puede surgir una respuesta, una solución, que siempre será personal. 

Si pudieras transmitir un mensaje a todas las personas que luchan contra problemas de salud mental, ¿cuál sería?

Cada persona necesita un motivo para seguir adelante, es importante recordar en momentos difíciles que ese malestar es pasajero y más adelante voy a encontrarme mejor y con más fuerzas y ánimos. Es fundamental no rendirse. Los malos momentos pasan. 

¿Qué actividad o pasatiempo te ayuda a recargar energías y mantener un equilibrio emocional en tu propia vida?

Los humanos somos seres sociales y esto no hay que olvidarlo nunca. Estar en compañía de gente con quien estamos a gusto, querer y sentirnos queridos nos hace transitar esta vida en ocasiones difíciles.

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