FI considera que la única manera de evitar la erosión del suelo y el avance de las zonas desérticas es la actividad agraria
La presión contra agricultores y ganaderos provoca el abandono de los cultivos y la degradación irreversible de comarcas fértiles
La cubierta vegetal que propicia la agricultura contribuye de forma determinante a la absorción de CO2
Fundación Ingenio ha hecho un llamamiento para llamar la atención ante el implacable avance de la desertificación en España, singularmente en las comarcas del sureste. Esta llamada de atención coincide con el Día Mundial del Suelo, que Naciones Unidas celebra cada 5 diciembre. La ONU reconoce literalmente en su web que "la supervivencia de nuestro planeta depende del precioso vínculo entre el suelo y el agua. Más del 95 por ciento de nuestros alimentos proviene de estos dos recursos fundamentales".
FI hace suya esta afirmación y, por ello, reivindica la agricultura tecnificada como "escudo natural contra la desertificación". "Es el abandono de la práctica agrícola y ganadera y el abandono del campo como las causas principales de la degradación paulatina del suelo, la erosión, la desertificación y los incendios. Todo ello -añade la Fundación- deja al campo sin cubierta vegetal, que es la que protege el suelo y la tierra".
Añade la ONU que "el agua del suelo, vital para que las plantas absorban los nutrientes, une nuestros ecosistemas y consolida una relación simbiótica que es la base de nuestros sistemas agrícolas". Aboga Naciones Unidas por las prácticas sostenibles de gestión del suelo, que "preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la retención de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático".
En esta línea, Fundación Ingenio reivindica la actividad agraria para poner coto a la erosión y la paulatina desertificación. "La erosión y la pérdida de suelo fértil en España amenazan no sólo la salud de nuestro ecosistema, sino también la seguridad alimentaria. A medida que se liquidan los cultivos en España, nos vemos obligados a importar frutas y verduras de países cuyas prácticas agrícolas no satisfacen nuestros estándares sanitarios y de sostenibilidad". Para Fundación Ingenio, "la desertificación, intensificada por el cambio climático, puede prevenirse con prácticas agrícolas que respeten y cuiden el medio ambiente, como hacen los agricultores del Campo de Cartagena. Fundación Ingenio aboga por preservar la vocación agrícola de nuestros suelos para impedir que se conviertan en desiertos improductivos".
La erosión en España no se debe únicamente a causas naturales, como el cambio climático, que se manifiesta a través del incremento de temperaturas, periodos de sequía y precipitaciones intensas y esporádicas; también se debe a la falta de actividad humana adecuada. Miles de hectáreas de cultivo están quedando inutilizadas, abandonadas o bajo usos como las placas solares por los incontables obstáculos que afrontan los agricultores.
La actividad en el campo es decisiva para mantener cubierta vegetal que absorba CO2 y que la erosión y la desertificación avancen sin remedio. Para ello, es imprescindible también una política hídrica que haga posible la actividad humana con la aplicación de técnicas de regadío como las que se están llevando a cabo en el Campo de Cartagena, que son ejemplo mundial de ahorro y aprovechamiento.
Desde Fundación Ingenio se señala que un suelo bien gestionado es un suelo vivo; un suelo que retiene agua y nutrientes es crucial para la supervivencia de innumerables especies de plantas y animales, y es clave para mantener los ciclos naturales de los ríos y acuíferos. En este contexto, Fundación Ingenio se compromete a continuar trabajando con agricultores, científicos y políticos para desarrollar y promover prácticas agrícolas que contribuyan de manera significativa a la lucha contra la desertificación.