El Día Mundial contra el VIH, un día que puede marcar la diferencia

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El Día Mundial contra el VIH, un día que puede marcar la diferencia

El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y, aunque muchas personas no se sienten identificadas con esta fecha, es un día que todos deberíamos visibilizar, ya sea con amigos o conocidos que viven y luchan contra esta enfermedad o recordando el largo camino que la ciencia ha recorrido para educarnos sobre el Sida.

Son muchas las cosas que han cambiado en las últimas décadas respecto al Sida. El número de nuevos infectados por el VIH, especialmente niños, y el número de muertes relacionadas con el sida han disminuido a lo largo de los años. Por otra parte, ya son 29,8 millones de personas las que reciben tratamiento actualmente, las últimas cifras se pueden consultar aquí. 

Pero eso no significa que no haya más margen de mejora. ¿Puede el mero hecho de hablar sobre el VIH/sida lograr un cambio impactante? Lo cierto es que sí, y uno muy importante. Por eso, el centro neurálgico del bienestar sexual LELO sigue abordando este tema. 

El verdadero problema 

Nuestras actitudes. El VIH no discrimina, no está dirigido a ningún grupo sexual en particular. Puede afectar a cualquiera. Son personas como tú y como yo, nuestros familiares, nuestros vecinos, o desconocidos que vemos en el día a día por la calle. Es hora  cambiar la forma en que vemos esta enfermedad, tratándola con compasión y eliminando el estigma. Por ejemplo, cuando pensamos en el cáncer, quienes se enfrentan a esta enfermedad son sus víctimas. Pero cuando pensamos en el VIH/SIDA, existe el erróneo y retorcido pensamiento de que es culpa de alguien. 

VIH = SIDA = Muerte. Esta es la ecuación que la mayoría de la gente cree erróneamente, pero resulta que por mucho que queramos interiorizar las cosas poniéndolas en ecuaciones sencillas, la vida no funciona así. 

Debemos tener cuidado con cómo hablamos del VIH porque el lenguaje importa. Es una forma de ayudar a desestigmatizar esta enfermedad. Sin embargo, hay una ecuación que con el tiempo hemos descubierto que es cierta. Indetectable = intransmisible. Esto significa que una persona seropositiva no puede transmitir el VIH a una persona seronegativa cuando es indetectable, algo de lo que la gente no suele darse cuenta. 

Todos contribuimos a la historia del VIH, ya que todos tenemos un estado serológico respecto al VIH, ya sea negativo o positivo. Así que en lugar de decir "personas con VIH" podemos decir "los que somos seropositivos" para expresar inclusividad. No se trata sólo de cómo hablamos del VIH, sino de cómo reaccionamos ante él. Parte de ello consiste simplemente en informarnos sobre esta enfermedad e identificar los conceptos erróneos para superarlos. La concienciación es un factor importante en la prevención. 

Los verdaderos héroes

Si estás interesado en ayudar a concienciar sobre el VIH/SIDA mediante una aportación económica o de tiempo, echa un vistazo a las diferentes ONG como ONUSIDA o la Fundación Elton John contra el SIDA. Únete a su misión. No tienes nada que perder y sólo puedes ganar en educación y compasión. El VIH puede cambiar la vida, pero no la define, pues es una enfermedad crónica manejable cuando es tratada. 

Actúa - Pasa a la acción 

Gracias a la ciencia, el VIH no es la sentencia de muerte que era en los años 80. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "Con un acceso cada vez mayor a la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención eficaces del VIH, la infección por VIH se ha convertido en una enfermedad crónica manejable, que permite a las personas seropositivas llevar una vida larga y sana".

Aunque el trabajo relacionado con el VIH ha cambiado drásticamente en las últimas décadas, ya que los profesionales sanitarios dedicados a ello pasan la mayor parte de su tiempo planificando la atención al final de la vida de los pacientes, aún queda trabajo por hacer en esta comunidad.

La vivienda es especialmente importante para sacar a la gente de la calle, donde su salud está muy comprometida, y crea condiciones menos propicias para que tomen sus medicamentos. El acceso al agua corriente, un horario coherente y otras simplicidades son fundamentales para que cualquiera de nosotros mantenga su salud, especialmente en las poblaciones vulnerables, y sin duda ayudarían a acabar con el sida.

Una vez que todo el mundo tenga estas necesidades básicas, podremos obviar las desigualdades estructurales y las injusticias sociales. La crisis económica no es amiga de los derechos humanos, y hacer frente a las desigualdades es una vieja promesa mundial que ayuda a acabar con la epidemia de VIH. 

Cuando eliminamos el miedo y la vergüenza que rodean al VIH/SIDA, facilitamos que quienes padecen la enfermedad hablen y eduquen a los demás. Una de cada 303 personas es seropositiva. Estas cifras recuerdan que no podemos pasar por alto estas estadísticas. 

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