La sensación de apetito tras una sesión deportiva no impacta de igual forma en todas las personas. Este fenómeno dependerá de una serie de factores relacionados con el funcionamiento de nuestro organismo y la reacción ante la práctica de ejercicios
Los expertos en Nutrición de Club Metropolitan te exponen cinco recomendaciones a tener en cuenta tras la sesión de entrenamiento
Tener hambre después de realizar una sesión de ejercicio, especialmente si la actividad ha sido intensa, puede ser una sensación habitual. Sin embargo, no le ocurre a todas las personas por igual. Este fenómeno dependerá de una serie de factores relacionados con el funcionamiento de nuestro organismo y la reacción de este ante la práctica deportiva.
Para la gente que sí siente un aumento del apetito tras la práctica deportiva, hay que tener en cuenta que contrario a lo que se piensa, esta sensación no está tan vinculada a la quema de calorías, sino que sucede debido al descenso de los niveles de glucosa (azúcar) en sangre, que nos proporcionan la energía inmediata, presentes en el glucógeno muscular. Este descenso de azúcar en nuestro organismo provoca la movilización de nuestra reserva y despierta esta sensación de hambre en nuestro cerebro.
Por otro lado, nos encontramos con otras personas en los que el ejercicio físico no provoca esta sensación o, incluso, produce una pérdida de apetito. Esto es así porque intervienen factores fisiológicos que varían en cada persona dependiendo de su edad, sexo, tipo de dieta o actividad deportiva que realice de forma habitual. También las propias características del ejercicio, dependiendo de su intensidad y duración, influyen en el aumento del apetito.
En cualquier caso, es importante que, si nos alimentamos de forma inmediatamente posterior a la realización de ejercicio físico, lo hagamos de forma saludable, no solamente respecto a los nutrientes que vamos a incorporar, sino también en cuanto a la forma de hacerlo. Por ello, los expertos del Área de Nutrición de Club Metropolitan nos ofrecen cinco recomendaciones sobre la alimentación a seguir después de la actividad.
Es importante priorizar proteínas de calidad como las que nos proporcionan alimentos de origen animal, como el huevo, el pescado o los yogures, o vegetal, como el tofu o las almendras para ayudar a la recuperación muscular.
El consumo de carbohidratos es también saludable siempre que provengan de productos con baja densidad calórica, como pueden ser las frutas, las cuales ayudan a la recuperación.
Por el contrario, debemos evitar aquellos alimentos que nos proporcionen una falsa sensación de saciedad y que, además, nos reintegren buena parte de las calorías que hemos quemado durante el ejercicio. Es el caso de la bollería, los dulces y las galletas con un alto nivel de azúcares o las carnes procesadas.
No es necesario ingerir alimento de forma inmediata a la realización del entrenamiento. La ventana anabólica, el periodo de tiempo posterior a una sesión de actividad física en el que se recomienda la ingestión de nutrientes, no es la misma en todas las personas, varía en función de la dieta habitual y puede extenderse hasta 30-40 min más allá de los minutos posteriores al ejercicio.
Aunque resulta fundamental conocer las directrices básicas para ingerir alimentos tras la sesión de entrenamiento, también debemos considerar las mejores dinámicas de alimentación antes de entrenar. Generalmente es recomendable comer antes de entrenar y no es buena idea practicar ejercicio si han pasado ayunos prolongados de más de 10 horas. Ante la duda, siempre es mejor ingerir algún alimento antes de entrenar que ir sin comer nada, y así asegurar las demandas energéticas que nuestro organismo requiere durante la práctica deportiva.
Además de todo esto, según el deporte en cuestión, es conveniente ingerir unos alimentos u otros. Tenerlo claro y hacer una buena selección ayudará a que veas mejores resultados en tus prácticas deportivas y sobre todo hará que te sientas saludable y ligero, a la hora de entrenar.