La Organización Panamericana de la Salud estima que, a nivel mundial, 1.300 millones de personas, aproximadamente, viven con alguna forma de deficiencia visual. Sin embargo, pocos conocen al optometrista, el profesional que ofrece una atención primaria en salud visual.
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De qué se encarga un optometrista
El especialista en optometría se encarga del cuidado y mejora de aquellos pacientes que tengan problemas relacionados con su salud visual. Su titulación universitaria lo capacita para identificar y tratar los diversos casos en los que el sistema visual no funciona de manera correcta, pudiendo necesitar compensación con lentillas o gafas. No obstante, algunas situaciones pueden llegar a requerir terapia visual o diversos procedimientos de prevención para no agravar el problema.
Por esta razón, se debe tener en cuenta que, si bien el optometrista trabaja en el sector sanitario, no se considera como un médico. Por ende, no está en la capacidad de diagnosticar patologías. Sin embargo, si hay alguna sospecha de que algún paciente tenga probabilidades de padecer alguna enfermedad, el profesional puede remitirlo a un oftalmólogo para tratar la patología. Y, para poder cumplir su función en su totalidad en las mejores condiciones, se debe contar con los equipos ópticos profesionales y de gran calidad.
Diferencias entre un optometrista y un oftalmólogo
El oftalmólogo es el especialista en la salud ocular, encargado del diagnóstico, tratamiento y prevención de las patologías relacionadas con la visión y los ojos. Entre las principales funciones de un optometrista, está la detección de cualquier problema de la visión, conocer y saber manejar los equipos de medida y valoración visual, así como las estructuras del ojo y lo relacionado con el sistema visual.
De la misma forma, el optometrista se encarga de la corrección de disfunciones visuales a través del uso de lentes o distintos tratamientos optométricos, la graduación de la vista de los pacientes y detección del número exacto de dioptrías, el montaje de lentes oftálmicos y control de calidad, y la asesoría de pacientes con todo lo relacionado con su salud visual.
En conclusión, una persona debe acudir a un optometrista cuando desee graduar la vista y adaptar gafas o lentes, si se debe realizar una terapia visual y ejercicios oculares o si presenta algún problema de baja visión.