31-8-2023. Los pinos que pueblan los montes de España tienen un mecanismo que provoca, a la vez, la vida y la muerte de la superficie forestal ante un incendio; un dispositivo 'natural' que sirve para regenerar a medio plazo el espacio arrasado por las llamas, pero que a la vez provoca la expansión del fuego al actuar como auténticas 'granadas de mano'.
Tan impredecibles como el viento, estos 'artefactos' son capaces de provocar saltos de las llamas de hasta 500 metros, lo que hace inútil cualquier cortafuegos, provocando de esa manera que los incendios se descontrolen y se generen al instante fuegos secundarios que multiplican las dificultades de los servicios de extinción.
Estas 'bombas incendiarias' no son otra cosa que las piñas de los pinos; una especie que, como pirófita que es, propicia la supervivencia y regeneración del monte tras el incendio gracias a ese mecanismo de propagación de las semillas. El problema es que, a la vez, ese estallido de las piñas hace que el propio monte se 'inmole' y acabe por generar nuevos incendios en zonas alejadas del foco principal, dificultando así grandemente su control.
Cuando hay un incendio, las semillas de los pinos pueden salir despedidas debido a un fenómeno conocido como 'explosión de piñas', que se genera por la acumulación de calor y la vaporización repentina del agua contenida en su interior.
La rápida evaporación del agua crea una presión interna en la piña, que puede llegar a ser lo suficientemente alta como para hacer que sus escamas se separen violentamente y la piña explote, literalmente, expulsando las semillas y fragmentos en todas direcciones y a una gran distancia.
"Las piñas pueden actuar como verdaderas bombas incendiarias en muchas ocasiones", explica Sergio Gil, presidente de la Asociación Profesional de Técnicos de Protección Civil y director de Defensa, Seguridad y Emergencias del Instituto Superior de Formación Profesional UNIVERSAE. Este experto añade que "las piñas cerradas son un reactivo en los incendios ya que, cuando alcanzan altas temperaturas, pueden ocasionar saltos de las llamas de hasta medio kilómetro".
Además, las piñas secas arden fácilmente por su alto contenido inflamable y la resina que contienen. Gil ha indicado que "al igual que el viento, en ocasiones estos frutos provocan la dispersión del fuego, descontrolando el incendio y complicando las labores de extinción".
Gil dirige el departamento de Defensa, Seguridad y Emergencias del Instituto Superior de Formación Profesional UNIVERSAE en el que se imparten los Grados Medio y Superior de Emergencias y Protección Civil donde se enseñan habilidades y conocimientos específicos en áreas como la prevención y gestión de riesgos, la coordinación y control de emergencias, la atención a heridos y enfermos, y el manejo de materiales y equipos.