Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina, y muchos ya llevan un tiempo planeando cuál será su próximo destino. Aunque las nuevas tecnologías, con Google Maps a la cabeza, han facilitado mucho desenvolverse en un país extranjero, en ocasiones necesitamos expresarnos de palabra para, callejeando, localizar ese monumento considerado una de las maravillas del mundo.
A continuación, los expertos de la plataforma de aprendizaje de idiomas Preply presentan 6 de los monumentos más difíciles de pronunciar para los españoles y algunos consejos para hacernos entender y llegar a nuestro destino… ¡incluso sin GPS!
The Empire State Building (Nueva York, EE.UU.). (di + ehm + payuhr + steyt + bihl + dihng) La pronunciación del inglés es el talón de Aquiles de los españoles, incluso de los estudiantes avanzados. En el caso de la espectacular torre del centro financiero de Nueva York (la más alta del mundo durante décadas) desde la que King Kong zarandeaba a Fay Wright en el clásico de los años 30, nos encontramos con varias vocales con sonidos diferentes a los que no estamos acostumbrados. Hay que tener en cuenta que en español tenemos 5 sonidos vocálicos, frente a los 18 del inglés. Por otro lado, tendemos a colocar una “e" antes de las palabras que comienzan por “s”, lo cual es incorrecto.
Taj Mahal (India) (taaj + muh + haal). Situado en Agra, en el norte de la India, un país de grandes contrastes, es uno de los monumentos más visitados del mundo y atrae a entre 7 y 8 millones de turistas cada año. El propio palacio es una contradicción: se trata de una tumba y a su vez de una una oda al amor del Sha a su esposa fallecida. La palabra Taj Mahal ("primera dama del palacio") proviene del persa y cuenta con varios obstáculos para los españoles, la colocación de una “j” al final de palabra, y una “h” intercalada que no es muda, sino que se aspira.
Notre-Dame (París, Francia) (noh + truh + daam). El incendio de la majestuosa catedral gótica en 2019 se recordará como una de las tragedias de este siglo, pero incluso entonces, algunos reporteros tuvieron problemas para pronunciar su nombre correctamente. Aunque el francés es una lengua romance y por lo tanto, está en el grupo de las más cercanas al español, su pronunciación no está exenta de dificultad. La pronunciación de la “r”, más suave que la española y la vocal muda al final de la palabra “Dame” son algunas de las características que complican hacernos entender en las calles de París.
Chichén Itzá (México). Parece un trabalenguas, pero es el nombre del principal yacimiento mayas de la península del Yucatán, en México. Conserva su nombre original, del siglo II después de Cristo y puede que al pronunciarlo nos encontremos en dificultades. La clave, en este caso, podría estar en separar las sílabas para evitar trabarnos.
Plaza Yamaa el Fna (Marrakech) El árabe es uno de los idiomas más difíciles de aprender para un español y al que necesitan dedicar más tiempo y esfuerzo para alcanzar un nivel intermedio, según la herramienta Study Time Calculator de Preply. La pronunciación no es una excepción, ya que en árabe hay varios sonidos que no existen en castellano: usa pocas vocales y muchas consonantes, justo al contrario que nuestra lengua.
Big Ben (Londres, Reino Unido) (bihg + behn) Quizá no sea el más difícil de pronunciar, pero sin duda es uno de los que mayor confusión genera. En realidad, el nombre de Big Ben no se refiere a toda la torre, sino a la campana del icónico reloj. El parecido entre Big Ben y Big Bang, la explosión que, según los científicos, dio origen al universo, ha dado lugar a hilarantes confusiones.
“Preguntando se llega a Roma”, decían nuestros mayores y, aunque ahora contamos con alternativas como la inteligencia artificial y los asistentes virtuales, nada reemplazará la experiencia de desconectar para conectar con los lugareños a los que, por cierto, no se les suele acabar la batería.
En tu próximo viaje, ¿te atreverías a cerrar Google Maps y orientarte con ayuda de los lugareños?