Si es la primera vez que nuestra mascota va a hacer un viaje largo en coche, es importante acostumbrarlo previamente, de manera progresiva, y asociando esos simulacros de desplazamiento con una experiencia positiva
AniCura Emvet Referencia Veterinaria recomienda acudir a un centro especializado si el cuidador identifica síntomas como dificultad para respirar, vómitos, diarreas constantes o aumento de la temperatura corporal, y si se producen estrangulaciones con el collar, hemorragias o traumatismos importantes en caso de accidente
De acuerdo con laI Encuesta de Bienestar Animal de AniCura en España, el estudio poblacional que muestra los hábitos de cuidado de las mascotas en el país, alrededor del 40% de los españoles llevan a sus mascotas consigo cuando van de vacaciones. Esto, puede deberse a que cada vez más los perros y los gatos son considerados miembros de la familia, por lo que empieza a normalizarse el hacerlos parte de nuestras rutinas, entre ellas, aquellas que implican desplazamientos en coche, como viajar, hacer la compra, entre otras actividades.
"Si es la primera vez que nuestra mascota va a hacer un viaje largo en coche, es importante acostumbrarlo previamente, asociando esos simulacros de desplazamiento con una experiencia positiva. Lo ideal sería descomponer el viaje en coche en sus distintas partes e ir mostrándolos a nuestra mascota de manera progresiva y en distintas sesiones, mientras recibe premios, caricias o palabras amables, para que vea el coche como algo positivo" explica Isabel Luño, veterinaria especialista en etología y Practice Manager de AniCura Emvet Referencia Veterinaria.
Los pasos para realizar de manera adecuada este proceso, a lo largo de diferentes sesiones, son, primero acercar a nuestra mascota hasta el coche y dejarla que suba de manera voluntaria o ayudarla a subir, luego acomodarla en su sitio y colocarle los sistemas de retención. El cuidador deberá entrar en el coche mientras este se mantenga inmóvil para, una vez dentro, ponerlo en marcha sin avanzar. Se debe conducir tramos cortos e ir ampliando las distancias. Mientras realizamos este proceso debemos prestar atención al lenguaje corporal de nuestra mascota identificando si va relajado y contento, o, por el contrario, se muestra nervioso, inquieto o miedoso.
En cuanto al lugar dentro del coche en el que ubicaremos a nuestro perro o gato, se recomienda establecer un sitio acolchado y cómodo sobre el que pueda viajar. Una buena opción son los transportines, con los que podemos intentar que la mascota se mueva lo menos posible y reduciremos el riesgo de que se maree. También es recomendable que nuestro peludo vaya en ayunas para reducir el riesgo de vómito, pero con acceso frecuente a agua para mantenerlo hidratado durante el desplazamiento.
En este sentido, se recomienda, además, usar empapadores dentro del transportín, para que, en caso de que nuestra mascota se orine o babee, quede seca, asegurándonos también de hacer paradas habituales, cada una o dos horas, para que pueda hacer sus necesidades, mover sus articulaciones, beber agua y comer sin modificar su dieta habitual.
Asimismo, es importante tener en cuenta la temperatura y la ventilación de la zona del choche en la que viaja la mascota para evitar golpes de calor, o hipotermias, en el caso de exponerla de manera directa al aire acondicionado. En este aspecto, el cuidador debe prestar especial atención a signos de calor, como jadeos o cambios de posición constantes, o de frío, como temblores, con el objetivo de identificar si está siendo un viaje agradable o incómodo para la mascota.
La música y los juguetes también pueden ayudan a que nuestro peludo se sienta más cómodo durante el viaje. "Se ha demostrado que escuchar música clásica podría tener un efecto relajante en perros y gatos en determinadas situaciones estresantes, aunque esto no se ha demostrado todavía concretamente en los viajes. Sin embargo, se recomienda moderar el volumen ya que la capacidad auditiva de nuestras mascotas es superior a la nuestra", asegura Isabel Luño. "Además, en el caso del perro, podría ser útil tener cerca una prenda de ropa del cuidador o su juguete favorito, ya que los objetos de los cuidadores, en contextos de separación, pueden ayudar a reducir el estrés, así como un juguete masticable puede contribuir a reducir su aburrimiento" añade.
¿Cuándo debemos acudir al veterinario?
Una vez hayamos llegado a nuestro destino, la recomendación es identificar un centro veterinario especializado que pueda atender a nuestra mascota si esta llega a presentar síntomas derivados del viaje, como dificultad para respirar, vómitos o diarreas constantes, golpes de calor o estrangulaciones con el collar si ha intentado escapar. Asimismo, localizar un servicio de urgencias veterinarias en caso de un accidente que provoque hemorragias o traumatismos importantes para que nuestra mascota pueda recibir atención oportuna y evitar posibles consecuencias.
"Está en las manos del cuidador ayudar a gestionar de manera saludable y agradable los viajes en coche de su mascota. Si nuestro peludo ya ha tenido malas experiencias, es ideal contactar con un etólogo que pueda pautar un tratamiento orientado a que la mascota vuelva a tener buenas sensaciones cuando viaja en coche mediante terapia conductual, a veces combinada con tratamientos farmacológicos para reducir la ansiedad y recuperar la confianza ante este tipo de situaciones", concluye Isabel Luño.