El Libro Blanco del Liderazgo Ético en España de EAE Business School establece las 8 competencias de un líder ético

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La presentación del informe se realizó en el marco de una mesa de debate con directivos de primer nivel

El Libro Blanco del Liderazgo Ético en España de EAE Business School establece las 8 competencias de un líder ético

Juan Miguel Sucunza, Presidente de CEN: “las empresas requieren líderes que acompañen a sus trabajadores en su evolución laboral y respeten su desarrollo personal”

Marta García-Valenzuela, socia de Talengo: “los líderes sostenibles tienen que devolver la confianza que las sociedades en su diversidad necesitan”

Antonio Ramiro Pérez, Director de Personas y Transformación Digital de Ibermutua, “Nunca ha sido tan importante como ahora, por su propia repercusión y actualidad, con respecto a fenómenos como la Inteligencia Artificial, la digitalización o la salud emocional”.

Gloria Lomana, Presidenta Ejecutiva de 50&50 Gender Leadership: “es esencial que el liderazgo sea humanista y tenga en cuenta la sostenibilidad y el compromiso con el entorno”

La presentación del Libro Blanco del Liderazgo Ético en España, publicado por EAE Business School, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, y dirigido por Pilar Llácer, profesora y Directora del Work of the Future Centre de EAE Madrid, ha reunido en una mesa redonda a relevantes profesionales y referencias del management en España, como Juan Miguel Sucunza, Presidente de CEN (Confederación Empresarios de Navarra); Gloria Lomana, Presidenta Ejecutiva de 50&50 Gender Leadership; Marta Garcia-Valenzuela: Socia de Talengo; Antonio Ramiro Pérez, Director de Personas y Transformación Digital de Ibermutua; y Luisa Garcia, Socia y CEO de Europa de Llorente y Cuenca. Al debate, moderado por Federico Buyoló Garcia, Director Cultural en la Fundación José Ortega y Gasset – Gregorio Marañón, también acudió la autora del estudio, Pilar Llácer.

Para Juan Miguel Sucunza, Presidente de CEN, “las empresas requieren líderes que acompañen a sus trabajadores en su evolución laboral y que respeten su desarrollo personal, consiguiendo un equipo cohesionado basado en la confianza”. Para el portavoz de los empresarios navarros, es fundamental abanderar con el ejemplo “los valores de la entidad” y anticiparse a los cambios, lo que hace a las empresas “más eficientes y competitivas”. Además, Sucunza subrayó: “la transparencia y la escucha activa como los dos grandes retos del liderazgo en las organizaciones".

Por su parte, Marta García-Valenzuela, socia de Talengo, centró su intervención en el nuevo modelo de liderazgo ético, “que es profundamente innovador y necesario. Especialmente las competencias transversales de diversidad y sostenibilidad, ya que los líderes sostenibles tienen que devolver la confianza que las sociedades en su diversidad necesitan. Deben gestionar con luces cortas el presente pero, a la vez, mirar al futuro y ser responsables con la huella que están dejando”. La directiva concluyó destacando que “este es el valor que aporta la sostenibilidad al liderazgo ético, fundamental en estos tiempos complejos”.

En este sentido, Antonio Ramiro Pérez, Director de Personas y Transformación Digital de Ibermutua, destacó “la necesidad de abordar las distintas transformaciones que estamos viviendo (digital, tecnológica y de valores), desde el interior hacia el exterior”. Asimismo, dio las claves para comprender el presente y futuro de las organizaciones, que pasan por “entender el papel del liderazgo, de la diversidad, del pensamiento crítico, de la transparencia, de la comunicación, de la templanza, de la ética y de la ejemplaridad”. “Nunca ha sido tan importante como ahora, por su propia repercusión y actualidad, la necesidad de imprimir valores y hacer partícipes a los responsables de las organizaciones con respecto a fenómenos como son la Inteligencia Artificial, la digitalización o la salud emocional. Todos ellos, con múltiples implicaciones y perspectivas interrelacionadas”.

Para la Presidenta Ejecutiva de 50&50 Gender Leadership, Gloria Lomana, es esencial que el liderazgo sea humanista y atienda más a las emociones para recoger el sentir de las personas y tenga en cuenta “la sostenibilidad y el compromiso con el entorno y, por lo tanto, con el planeta, ya que todo ello redunda en beneficio de las personas que convivimos en el mundo”. “El estilo de liderazgo recogería la regla de las 5 C´s que establecemos en 50&50: cercanía, certidumbre, confianza, comunicación, credibilidad. De este modo, el liderazgo se establece más participativo, empático, flexible, abierto a la innovación y al cambio, con escucha activa, lo que redunda en beneficios para toda la organización" añade Lomana.

Ocho competencias clave y tres ejes de comportamiento transversales

El Libro Blanco del Liderazgo Ético en España, impulsado por EAE Business School, identifica las ocho competencias clave y los tres ejes de comportamiento transversales para establecer un modelo de liderazgo ético en los actuales entornos de incertidumbre.

Las ocho competencias clave para un liderazgo ético según El Libro Blanco de Liderazgo ético son:

Ambición ética. La ambición es ese deseo ardiente por conseguir un beneficio, y es ética, porque no solo se refiere a una ganancia individual, sino que impacta positivamente en todos los agentes de interés. Los atributos que van asociados a esta competencia son actitud comercial, arriesgado, emprendedor, guerrero, valiente y creador de ilusión.

Confianza. Significa pensar que a través de los conocimientos y competencias de las personas, se puede llegar a alcanzar los resultados previstos. Los atributos son compromiso, flexibilidad, libertad frente a control, no paternalismo y reciprocidad.

Anticipo e innovación: Los cambios de hábitos de consumo que ha provocado la transformación digital demanda un tipo de liderazgo ético que conozca y entienda el comportamiento de las personas, y sea capaz de anticiparse a lo que van a demandar. Los atributos de esta competencia son ser intuitivo, no improvisar, no ser obstinado y el pensamiento lateral.

Ejemplaridad. Es la conducta que puede inclinar a otros a la imitación, no por obligación sino porque compartir el mismo horizonte de la ética y los valores de todos los agentes de interés. Esta competencia es la condición necesaria y suficiente para poder ejercer un liderazgo ético, y sin ella no es posible aplicar el resto de las competencias. Los atributos que se desprenden de esta competencia son autoridad frente al poder, coherencia, credibilidad, empatía, responsabilidad y valores.

Comunicación y transparencia. La comunicación ha sido considerada a lo largo del tiempo como una de las competencias clave del liderazgo, para el liderazgo ético va ligada con la transparencia, esencial para la credibilidad. Los atributos ligados a esta competencia son la capacidad de argumentación, impacto e influencia, inspirar y marca personal.

Pensamiento crítico. Es el proceso de dudar de las afirmaciones o ideas que suelen aceptarse como verdaderas, como las ideas adventicias que son todas aquellas que tendemos a creer que proceden de la experiencia. Los atributos requeridos son el debriefing (análisis de los errores que cometen en la ejecución de acciones y proyectos), la ausencia del rencor, efecto 3 velocidades (pensar de forma conjunta en pasado, presente y futuro) y romper las reglas de “esto siempre se ha hecho así y funciona).

Curiosidad y creatividad. Son especialmente relevantes porque de momento no son replicables todavía al cien por cien por la inteligencia artificial. La Creatividad en el liderazgo ético significa desarrollar soluciones nuevas de la nada o a partir de datos conocidos pero con un enfoque diferente. Está relacionada con el pensamiento lateral. Los atributos que requiere son capacidad de aprendizaje constante y con foco, efecto espabilar, generosidad y saber diferenciarse y destacar

Templanza. El actual estilo de liderazgo invita a actuar con moderación. Se convierte en una competencia necesaria para construir sociedades sostenibles y una cultura de impacto con todos los agentes de interés de confianza y credibilidad.

Estas competencias deben permear en tres ejes básicos: actitud digital, competencias digitales (humanismo digital), el cambio de hábitos de consumo; diversidad de género, geográfica y generación; y sostenibilidad, tener un propósito, alianzas para conseguir objetivos ODS y salud y bienestar.

“El liderazgo tiene que evolucionar y adaptarse de forma constante, por eso se intensifican algunas de sus competencias con los procesos de transición digital y energética. Y por último, el liderazgo no sólo va asociado a una jerarquía, sino que es la fuerza que empuja la acción y el comportamiento de cualquier persona. El propósito, el para qué hacemos el trabajo, no sólo el cómo, que es el enfoque psicológico de las competencias, será fundamental para hacer crecer los negocios de manera exponencial y sostenible”, señala Pilar Llácer, Directora del Work of the Future Centre de EAE Business School y autora de la publicación.

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