Hogarconfort: los plazos para la transición energética de los sistemas de calefacción y ACS en la industria y en viviendas se aproximan. Mientras se define y concretan medidas y soluciones existen en el mercado actual sistemas de gas un 30% más eficientes, como las calderas de condensación
La Unión Europea está planeando una hoja de ruta para descarbonizar todos los sectores de la economía para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible 2030 y el acuerdo de París de mantener el incremento de temperatura por debajo de los dos grados respecto a los niveles preindustriales.
Una de las áreas principales que debe cambiar es la forma de calentar los edificios en Europa y en todo el mundo. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la calefacción en el mundo es responsable de cuatro gigatoneladas de emisiones de CO2 al año, un 10% del total de las emisiones globales. La reforma de la directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios obliga a los países a eliminar las calderas de gas y diésel para 2035 y propone que los edificios de nueva construcción en Europa estén libres de emisiones a partir de 2028. Las propuestas para sustituir las calderas de gas y diésel son principalmente dos: la electrificación de la calefacción a través de la aerotermia con bombas de calor y los modelos híbridos que usarían bombas de calor en combinación con calderas de hidrógeno verde o renovable.
El hidrógeno verde o renovable se produce al dividir las moléculas de agua en un proceso conocido como electrólisis, creando solo oxígeno como subproducto. El hidrógeno gris se produce a partir del carbón, del petróleo o del gas natural mediante el reformado de metano con vapor de agua y es más contaminante que el uso directo de carbón, petróleo o gas natural. Mientras tanto, algunos expertos en la materia creen que el proceso de producción de hidrógeno es ineficiente y más costoso que las bombas de calor, y que se necesitaría una gran cantidad de energía renovable y tierra para producirlo.
Mientras las fechas y plazos se aproximan y se aclaran aspectos como las tecnologías de sustitución y la viabilidad de las distintas opciones, existe un paso intermedio en aras de cuidar el medio ambiente y conseguir una mayor eficiencia y ahorro energético: las calderas de condensación. Llevan en el mercado varios años pero aún existen muchas calderas estancas y atmosféricas instaladas en funcionamiento, que de cambiarlas por los nuevos modelos, podría suponer un ahorro de hasta un 30% de consumo de gas gracias a la tecnología de condensación.
Los nuevos modelos de los fabricantes de calderas Ariston, calderas Bosch Junkers, calderas Vaillant o calderas Saunier Duval entre otros, además de contar con la tecnología de condensación por la que se aprovecha la energía en forma de calor de los gases resultantes de la combustión, tienen cada vez mayor capacidad de modulación, lo que supone una eficiencia añadida a la propia eficiencia que supone la tecnología de condensación.
Además, las subvenciones para la instalación de calderas de condensación siguen vigente en algunas comunidades. Estas ayudas no tienen asegurada su continuidad a partir de 2024. A partir de este momento, serán los fabricantes quién deberán lanzar promociones si pretenden dar otro motivo para animar a los usuarios a realizar el cambio de caldera.