Son bien conocidos los aspectos beneficiosos de la práctica de la meditación, el yoga y el mindfulness con relación al bienestar físico y emocional.
Aunque se trata de disciplinas y técnicas ancestrales, durante las últimas décadas se han realizado cientos de estudios de investigación que han demostrado sus beneficios e incluso sus mecanismos de acción sobre el cerebro. A estas técnicas se añaden otras disciplinas de consciencia corporal, relajación, autosugestión, visualización creativa y control mental que también han sido testadas y contrastadas como beneficiosas.
En lo relativo al público general, que busca métodos o actividades que fomenten su estado de salud y bienestar, el componente subjetivo de la persona y su percepción de ayuda al practicarlas puede ser reconocido como un verdadero medidor de eficacia y utilidad. Al fin y al cabo, si alguien busca sentirse mejor, y lo consigue a través de una determinada práctica, nadie puede ni debe negarle su eficacia, cuando su vivencia es positiva. Sin embargo, cuando se buscan evidencias desde el punto de vista científico, existen tantas técnicas y disciplinas diferentes, y tantas variables en su aplicación, que muchas veces, resulta complicado para los usuarios, elegir entre tanta oferta y discernir entre aquellas técnicas que han demostrado utilidad real, más allá de la subjetividad del usuario.
Este tema adquiere mayor importancia en el ámbito médico, cuando se trata de buscar métodos útiles desde el punto de vista terapéutico, dirigidos a personas que sufren de problemas de salud mental como trastornos de ansiedad o del estado de ánimo. En este sector profesional, la vara de medir debe ser más estricta y rigurosa, tratando de basarse en evidencias científicas que hayan demostrado eficacia y seguridad. Además de una adecuada formación y experiencia del profesional y un orden metodológico que aporte seguridad, la posibilidad de medir los resultados de las prácticas mediante algún método objetivo, puede marcar la diferencia. En este sentido, la medición de algunas respuestas fisiológicas del organismo al estrés a través de sensores de respuesta fisiológica, amplificadores de señal y software de medición, puede aportar objetividad al innegable componente subjetivo y empírico de estas disciplinas.
En este enfoque metodológico se fundamenta Atención Corporal Activa, una disciplina basada en técnicas de relajación, consciencia corporal y meditación, controladas a través de dispositivos de medición de respuesta fisiológica, y basándose en los fundamentos del biofeedback para facilitar el aprendizaje del usuario.
Cada sesión individual consiste en la realización de prácticas específicas de relajación, meditación y control de la respiración, guiadas por un terapeuta. Durante la realización de estos ejercicios, el usuario está conectado a unos sensores que miden respuesta fisiológica al estrés (sensor de temperatura, sensor de conductancia dérmica y sensor de variabilidad de frecuencia cardíaca). Estas respuestas son visualizadas a tiempo real a través de un software que muestra los resultados en una pantalla y facilita un feedback al paciente que le permite aprender a controlar sus respuestas bajo los principios del condicionamiento operante. También se pueden generar informes de resultados de cada sesión que permiten valorar la eficacia de las prácticas realizadas y la evolución del paciente. Este método aporta objetividad práctica a través de terapias de última generación y biofeedback, apoyándose en la evidencia científica demostrada de estas técnicas.
El Centro Médico Psiquiatra Zaragoza sigue innovando en salud mental y aportando alternativas novedosas a las necesidades de cada paciente.