Inmaculada Nocete Priego (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1990) sorprende a la crítica especializada con una soberbia obra, la primera de una trilogía, en la que la más vanguardista neurotecnología y el inframundo se dan la mano
En la historia de la filosofía, la noción de deseo es considerada tradicionalmente como el exponente de la parte irracional del hombre o, mejor dicho, de sus tendencias irracionales, sobre la que en teoría habría de dominar siempre la racionalidad. También se puede considerar la esencia del deseo como la expresión de la inquietud permanente del alma humana. Trasladar este concepto tan vaporoso en el cimiento de una novela memorable es algo únicamente al alcance de autores escogidos. Es por ello por lo que probablemente quienes estén leyendo esto harían muy bien en memorizar el nombre de Inmaculada Nocete Priego como una escritora a la que hay que seguirle la pista muy de cerca.
La Editorial Caligrama pone a la venta Germinación, una obra narrativa que ha llamado poderosamente la atención de sus editores. Nocete Priego es licenciada en Filología Hispánica, titulada en Educación para Adultos y funcionaria de carrera. A partir del curso 2018-2019, se hizo cargo del programa de la Junta de Andalucía Auladecine, coordinándolo hasta la fecha como formadora audiovisual.
Se ve a sí misma como una hacedora de historias (qué expresión tan bella). Apología del deseo fue escrito en 2006, cuando con dieciséis años soñaba con ser algún día escritora. Posteriormente, para fortuna de sus lectores, el manuscrito reapareció el último día del año 2020.
Trabajándolo con madurez filológica, Germinación es la primera parte de lo que será una memorable trilogía. Europa y Juan son los dos personajes principales sobre los que se erige una novela de difícil clasificación. El descenso al inframundo, la escapada de una situación de coma clínico mediante la necesidad de agarrarse a los recuerdos amables de la juventud y el conocimiento de las tecnologías más vanguardistas con relación a las cuestiones neuronales, componen un puzle narrativo de mirada larga, profunda amenidad y hondas cuestiones filosóficas. Bien mirado, este festín literario funciona como toda una aventura clásica, con su camino del héroe… o heroína.
En este caso, todo está vertebrado mediante la luminosa idea de que el deseo es el que forja las primeras y más genuinas decisiones, desde la niñez.
Sin ánimo ni necesidad de desvelar nada de lo que esconde esta sorprendente obra, no está de más echar un vistazo al interior de sus páginas para admirar la calidad de su prosa. Allá va un ejemplo: «En el amor se siente colmado por su pareja y en lo relativo a la amistad está convencido de que, cuando os encontréis, volverás a tratarlo como si el tiempo no hubiera pasado. Al igual que los filósofos Damón y Fintias, él podría representar perfectamente al segundo, el cual estuvo condenado a muerte, por lo que le pidió al primero ser garantía de un trato. ¿Serías capaz de ser su aval ante cualquier aprieto?». Nivelazo y capacidad de conexión con el público, no hay dudas.