La discriminación contra miembros de la comunidad LGTB+ viola los principios de los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta declaración, realizada por las Naciones Unidas, no se cumple en ningún país del mundo. La violencia y la discriminación hacia las personas LGTB+ continúa, habiendo incluso leyes que condenan a muerte a estas personas. Las actitudes de odio hacia las personas homosexuales, bisexuales y transgénero siguen arraigadas en muchas culturas de todo el mundo.
Todos los países tienen la obligación de proteger estos derechos, evitando al discriminación hacia las personas LGTB+ En cambio, más de 70 países disponen de prohibiciones en sus leyes en contra de las libertades del colectivo. Prohibiciones como llevar ropa del sexo opuesto, mantener relaciones con personas del mismo sexo, o expresar la defensa del colectivo LGTB+. Algunas de ellas se castigan con penas de cárcel o multas económicas, pero en algunos casos las personas LGTB+ son condenadas a muerte. Como consecuencia, las personas con una sexualidad o género diferente a la norma impuesta, sufren de abusos, agresiones, estigma y extensiones que afectan en todos los niveles de la vida.
Las Naciones Unidas afirma estar trabajando en la defensa de los derechos del colectivo LGTB+ en materia de derechos humanos desde 1990, pero ha quedado más que patente en el último mes que queda mucho trabajo por hacer. El Mundial de fútbol de Qatar, ha sido el escenario en el que todas las miradas han estado puestas, ya que desde un comienzo expresaron su negativa a dejar pasar símbolos o acciones a favor de los derechos LGTB+. Sus mandatarios se apoyan en sus costumbres y religión como motivo de la negación ante estos mensajes y símbolos. A estos se les ha sumado la organización del mundial, la FIFA y muchos de los países que acudían al encuentro, dejando el mensaje de que la política no debe mezclarse con el deporte.
Ante estos mensajes, han sido multitud de asociaciones e incluso algunos países, los que han rebatido esta consigna con un mensaje claro: los derechos humanos de las personas, no son un debate político. En esto se incluye a las personas LGTB+, a las personas racializadas y a las mujeres, los tres ámbitos más afectados por la violación de los derechos humanos en el país organizador y en los países que acudían al evento.
Para proteger a los miembros de la comunidad LGTB+ no se necesita cambiar la declaración de los derechos humanos. Los países son los que deben seguir estas enmiendas en las que ya se incluye a las personas queer. Estos principios son los siguientes:
- Proteger a las personas de la violencia contra los homosexuales y transexuales y personas de sexualidad fuera de la heteronormatividad.
- Prevenir la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes
- Derogar las leyes que penalizan las relaciones con personas del mismo sexo y a las transgénero.
- Prohibir la discriminación con motivo de orientación sexual o identidad de género
- Salvaguardar las libertades de expresión, asociación y reunión pacífica de los miembros del colectivo LGBTI
En España, la ley ya ampara algunos de los aspectos contemplados en la declaración de los derechos humanos, como es por ejemplo la libertad de expresión, el matrimonio igualitario, procesos legales para el cambio de sexo, etc. Pero se necesita una mayor cobertura y protección hacia algunos aspectos de la vida de las personas LGTB+ en el país. Como se ha presentado en cromosomax a través de mensajes de asociaciones y grupos LGTB+, se deben prohibir las prácticas de terapias de conversión aún permitidas y mayores recursos de protección frente a las agresiones. Estas dos realidades violan los derechos humanos, y por tanto se debería trabajar en acabar con ellas. Un principio para ello es la propuesta de la Ley trans estatal que está en marcha, pero que aún tiene detalles que se llevan a debate en el gobierno y hace que el proceso se esté alargando. Entretanto, la comunidad LGTB+ sigue defendiendo día a día su derecho a la vida y al respeto.