El álbum al que pertenece, "Otros cuerpos" y que verá la luz en los próximos meses, está producido por Raúl Pérez (La Mina)
Antiplancton es una banda de rock con electrónica que construye su estilo desde una sólida base rítmica apelando a lo primario y a lo más esencial de las canciones. Nos presenta ahora su primer sencillo "Lenguas muertas" el 17 de noviembre y que no dejará indiferente a nadie.
La banda está formada por Carlos Castillo (voz, guitarra, sintetizadores, programaciones), Fabián Yanes (guitarras, sintetizadores, programaciones), Nolo Hernández (bajo) y Sergio Díaz (batería, bases). Para su primer álbum "Otros Cuerpos" ha contado con la producción de Raúl Pérez (La Mina) y las mezclas de Manu Cabezalí.
"Lenguas muertas" es la puerta de entrada al universo de Antiplancton. La letra plantea un dilema: ¿vivir en el pasado o en el presente? Mientras se habla de despedidas e historias que se acaban, la música sube la apuesta, empujando intensamente a no pararse y a huir de la melancolía.
En todo lo que hace Antiplancton hay una dualidad. Lo artesano con lo electrónico, lo popular con lo experimental, el pasado con el presente… En el vídeo se sigue explorando esa dualidad: un ayer idílico que hoy se vuelve turbio, un escenario del pasado (una vieja carpintería) en el que entra lo digital para volverlo todo del revés.
La letra habla de amor, de pérdida, del paso del tiempo, pero la música va un poco más allá y aporta matices más innovadores. Es lo mismo que intenta hacer Guille Gómez, el director del videoclip: dotar a la canción de una tercera capa de significado que añadir a la letra y a la música, en un ambiente opresivo muy bien logrado por la fotografía de Luis César Izquierdo, con un final abierto que puede añadirle aún más interpretaciones.
"El momento en el que nos damos cuenta de que una historia se acaba, se ha convertido en el vídeo en un cuento de terror".
Conoce un poco más a Antiplancton y el por qué del nombre del grupo:
En los primeros pasos de la composición primaban las melodías desnudas, con poco acompañamiento, y en un trabajo de búsqueda de una identidad propia, las guitarras han evolucionado hacia el rock alternativo y los ritmos hacia el motorik del krautrock y la electrónica bailable.
"Una escalada de conceptos sin sentido en una noche cualquiera junto a algunos amigos. Ni siquiera hablábamos de poner nombre al grupo. Era el absurdo por el absurdo. De pronto, surgió la palabra antiplancton y lo tuvimos claro. No recordamos quién lo dijo, pero tenemos algunos sospechosos".