En España el sector autónomo está representado por más de 3 millones de trabajadores por cuenta propia, desde enero de 2022 han desaparecido 200.000 autónomos, en agosto de 2022 cerraban a diario 350 autónomos y en septiembre 450, esto se refleja en nuestras calles con sus locales cerrados, se alquila, se vende, se traspasa.
Según Pedro García presidente de AUPA (Autónomos Unidos Para Actuar), nos sorprende que en algunos foros se contemple como medida para bajar la inflación un descenso del consumo y se anime a la población a recortar el gasto innecesario de ciertos productos y no se dan cuenta que los autónomos que venden esos productos también tienen la necesidad de comer, acabarán arruinando a muchos negocios.
Un autónomo con más facturación es capaz de contratar personal , mantener el alquiler de su establecimiento, suministrarse de proveedores que también son autónomos y que también generan empleo, consumen energía y carburantes , pagan impuestos, contratan seguros, alarmas, reformas, etcétera…, que por cierto también son autónomos.
Todo este entramado de autónomos tradicionales genera riqueza y estabilidad en el país, son dinamizadores de la economía, ya que todo se vuelve a reinvertir en la zona sin que haya salida de capitales al exterior, se deben dar cuenta que cuando un grupo inversor aterriza en nuestras ciudades la mayor parte del beneficio qué obtenga saldrá del país en búsqueda de mayor rentabilidad. En algunos casos se puede pensar que al principio generan empleo, aunque destruyen otro tanto y además con contratos más precarios que lo que había en origen, el resultado es que a largo plazo se acaba destrozando toda la red del pequeño comercio, tal y como estamos viendo.
En nuestras redes sociales, explica García, se debate a menudo sobre la situación de los autónomos y estas son algunas de las reflexiones más interesantes:
-. Achacar el incremento de la inflación a un exceso de consumo es la salida fácil para culpabilizar a los ciudadanos cuando la realidad es que cada vez somos todos más pobres y el consumo se está ralentizando sencillamente porque mucha gente no llega a fin de mes.
Las causas de la actual inflación son diversas y prácticamente en todas ellas la responsabilidad es de nuestros gobernantes a nivel nacional e internacional, es casi total.
-.Por un lado las políticas económicas: se ha estado dopando a la economía de los distintos países con motivo de la Covid, se ha externalizado la producción a países asiáticos y nos hemos vuelto dependientes de ellos. Esos países están en vías de desarrollo y por consiguiente están incrementando sus costes de producción y de logística (el precio de un contenedor se ha multiplicado por más de cinco en sólo un año).
-.Una pésima política energética que ha convertido a la UE en un conglomerado de países que dependen absolutamente de terceros países, Rusia entre otros, y que, una vez han visto que estamos en sus manos nos marcan sus condiciones. Ya sabemos, si aumenta el precio de la energía y los combustibles se incrementan los costes de producción y de logística, por consiguiente, se incrementa el precio de absolutamente todo sin que la culpa sea del consumo, el problema energético hay que solucionarlo, afrontarlo directamente y no trasladarlo a otros sectores.
-.Unas políticas fiscales que están empobreciendo cada vez más a la población y agigantando las estructuras del Estado con el único fin de que, cada vez más, los ciudadanos seamos dependientes del gobierno y cercenar nuestra autonomía.
-.El derroche de los fondos públicos, para reducir la inflación hay que plantearse otras soluciones como la reducción del aparato político improductivo para no tocar el gasto público general.
-.El incremento de la deuda del país como consecuencia de la implementación de las políticas anteriores, todo ese dinero hay que devolverlo y además con intereses, lo que lleva a continuar incrementando la presión fiscal sobre los ciudadanos y agrandando la bola de la deuda sin ningún límite.