La nulidad eclesiástica es un proceso en el que uno de los cónyuges expresa claramente su voluntad de que declare nulo su matrimonio religioso.
No es sencillo, dado que el matrimonio se apoya en la indisolubilidad del mismo.
Los expertos del bufete DABOGADOS, D. David Gómez González (socio fundador) y D.ª María Tena Fernández (socia), advierten que, aunque se trata de la anulación de un acto católico, se requiere de un asesoramiento legal para tramitarlo. En ese sentido, aseguran que ellos constituyen uno de los escritorios jurídicos de referencia para llevar a cabo estos procesos.
DABOGADOS, la asesoría para lograr la nulidad del matrimonio eclesiástico
Este bufete con sede en Madrid presta servicios jurídicos en distintas ramas del derecho. Atienden casos de Derecho Penal, Mercantil, Laboral, Civil y también Derecho de Familia. Gracias a su experiencia, aseguran que son el bufete de referencia en materia de nulidad matrimonial eclesiástica.
Cuentan con los profesionales con la pericia y la formación necesaria en Derecho canónico y eclesiástico para llevar estos casos a buen término. Sus portavoces indican que no solo se trata de profesionales que conocen las leyes, sino que tienen la habilitación especial para ejercer ante los tribunales eclesiásticos.
Explican que, generalmente, se trata de un proceso delicado, ya que es una experiencia que no solo afecta el aspecto legal de los involucrados. Anular una ceremonia religiosa involucra lo relacionado con la fe, si se toma en cuenta que en un principio se ha acudido a este acto.
¿Cómo obtener la nulidad eclesiástica?
Los responsables de DABOGADOS informan que el primer paso para obtener una nulidad eclesiástica es acudir a un jurista experto en Derecho canónico. Advierten que no es lo mismo que un divorcio civil. En este caso, el acto religioso del matrimonio es un contrato de por vida entre la pareja y Dios.
Solo se puede anular bajo circunstancias muy específicas. Una vez establecidas y con la asesoría adecuada, se debe acudir al tribunal eclesiástico correspondiente a la Diócesis donde se celebró el matrimonio. Ante esta instancia, se debe exponer el caso y presentar todas las pruebas correspondientes. Si los soportes demuestran que se llenan los extremos necesarios, el matrimonio quedará anulado ante la iglesia.