La consultora estratégica Tempos Energía ha alertado este miércoles de que el cierre de año estará marcado por una gran incertidumbre en el precio del barril brent que podrá girar en torno a los 80 y 100 dólares debido al corte del petróleo ruso, previsto para el próximo 5 de diciembre, y a la reducción de cuotas impuesta por la OPEP+, Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Según ha explicado el director de la estratégica, Antonio Aceituno, este hecho, que repercutirá directamente en la factura energética de las empresas y hogares, se ve acentuado por "las intensas señales de recesión, no solo en Europa, sino también en Estados Unidos cuyos mercados anuncian 12 largos meses de recesión".
Para Aceituno, "las fuertes subidas de tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense, afectará de manera muy importante a la demanda de petróleo que, de no controlarse este vaivén, podría incluso enfrentar un inicio de 2023 con precios disparados por encima de los 100 dólares".
A la incertidumbre de los mercados en Europa, marcada principalmente por la implementación de los embargos sobre el crudo ruso, se suma también que desde últimos de mayo el viejo continente paga casi un 19 por ciento más por la compra del crudo, independientemente de la cotización de este, debido a la relación dólar-euro.
Desde Tempos Energía han indicado que, quizás, este incremento del 19% que paga la UE por las importaciones de petróleo podría variar por la entrada en vigor, este mismo mes de noviembre, del recorte de producción marcado por la OPEP+ que baja la producción en dos millones de barriles diario. "Una cifra nada desdeñable para Europa, teniendo en cuenta que el mercado mundial del petróleo ya se está ajustando a las sanciones rusas y que Moscú redirige sus flujos de crudo a Asia".
Aceituno ha detallado que "los envíos de los Urales a Asia aumentaron entre el 1 y 20 de octubre a los 2,08 millones de toneladas, un ocho por ciento más que en el mismo periodo del mes anterior. Al mismo tiempo, ha dicho, Rusia redujo los suministros marítimos a los países de la UE en un 22 por ciento, a 1,1 millones de toneladas".
Pese a este panorama y dado la incertidumbre económica que enfrenta, Estados Unidos está reconsiderando la gravedad del tope al petróleo ruso interpuesta por el G7. Así, en lugar de un límite de precio estricto, el techo puede imponerse de manera más flexible y también a niveles más altos de lo que originalmente se impulsó.