Durante la década de 2020 se conmemora el centenario del constructivismo arquitectura.
Esta tendencia arquitectónica tuvo sus orígenes en la extinta Unión Soviética e inspiró, a su vez, otras corrientes como el deconstructivismo.
A pesar de su antigüedad, ambas tendencias siguen vigentes gracias a la obra de arquitectos modernos. Daniel Libeskind es uno de los representantes actuales del deconstructivismo. Es por ello que portales académicos como ArchXDe lo honran y difunden sus logros a las próximas generaciones de arquitectos.
¿Cuáles son las diferencias entre el constructivismo y el deconstructivismo?
Más de 60 años separan al auge de cada corriente. El constructivismo surgió para resolver problemas urbanos de la vida soviética, enfocándose en la arquitectura funcional y práctica. Para ello, las obras eran diseñadas de forma simple y a partir de líneas puras y formas geométricas.
El deconstructivismo, por su parte, rompió con la simetría que caracterizaba a su predecesor. Las líneas curvas y las formas abstractas definieron su concepción.
Debido a su estética, se puede suponer que el constructivismo en arquitectura tomó ideas del cubismo. Por el contrario, el deconstructivismo se aparta de este movimiento y presenta estructuras poco estrictas y técnicas.
Teniendo en cuenta su contexto revolucionario, el constructivismo se enfocó en impulsar una nueva ola de construcciones, dejando de lado la preocupación artística. El deconstructivismo se caracteriza por su falta de continuidad y por su objetivo de crear una impresión de fragmentación, lo que contrasta con la rigidez de su opuesto.
Daniel Libeskind, el exponente del deconstructivismo en la actualidad
La primera relación de Libeskind con el deconstructivismo de la que se tiene registro data de 1988, cuando participó en la exposición “Arquitectura Deconstructivista” del Museo de Arte Moderno.
Fue con el diseño del Museo Judío de Berlín que el arquitecto pudo plasmar ideas del deconstructivismo. El edificio, inaugurado en 1999, muestra una fachada con aspecto rasgado, haciendo alusión a los agujeros que dejó el exterminio judío en la historia mundial.
Otra obra importante de Daniel Libeskind dentro de esta corriente es el Museo Imperial de Guerra. El complejo fue inaugurado en el Manchester de 2002 y se interpreta como un conjunto de trozos fragmentados, idea típica de la tendencia disruptiva.
Para conocer más del arquitecto, la plataforma ArchXDe cuenta con un perfil que incluye su biografía y datos relevantes. Esta enciclopedia online también dedica una entrada al deconstructivismo y a su antecesor ruso.
A pesar de sus diferencias, el constructivismo y el deconstructivismo tienen en común una evolución que sigue inspirando a los arquitectos modernos. Daniel Libeskind es un ejemplo de cómo las vanguardias del siglo pasado pueden servir para construir grandes obras en la actualidad.